Pekín, 30 sep — El Gobierno chino ha puesto en marcha hoy, jueves, una campaña nacional de tres meses cuyo principal objetivo es acabar con el alcohol adulterado y los fabricantes ilegales, anunció el diario oficial «China Daily».

«Beber alcohol tiene una larga tradición en China y celebrar con alcohol fiestas nacionales como el Festival de la Primavera o la próxima Semana Dorada del 1 de Octubre es algo habitual», subrayaron los responsables de la iniciativa, impulsada por el Ministerio de Comercio y la Administración General de Control de Calidad.

La expansión de bebidas adulteradas por todo el país, con varias muertes por envenenamiento en los últimos años, ha encendido la alarma entre las autoridades, que pretenden acabar con el lucrativo negocio.

Durante la campaña, los almacenes de las empresas que fabrican alcohol y los lugares de venta, como hoteles y restaurantes, serán inspeccionados y todos los productos falsos o sin certificación, eliminados, explicó Huang Hai, del Ministerio de Comercio.

Además de la extensión de las bebidas adulteradas, cuyos efectos se pueden verificar en cualquier bar chino, muchas regiones del país «imponen cargas poco razonables» a la importación de bebidas alcohólicas de otras zonas y algunas incluso «dan refugio» a la fabricación de productos falsos, reconoció Huang.

Por este motivo, la campaña instará a las autoridades locales a eliminar las normativas y políticas que marginan las bebidas alcohólicas de otras regiones e impiden «la competencia justa».

China, segundo mercado cervecero del mundo por detrás de EEUU y donde la rubia bebida es más barata que el agua, cuenta entre sus bebidas alcohólicas con licores como el «baijiu», que oscila entre los 40 y los 60 grados y cuyas marcas de peor calidad se pueden adquirir a 60 centavos de dólar la botella.

En 2003, las destilerías del gigante asiático produjeron 3,3 millones de toneladas de licor por un valor de 6.570 millones de dólares, con incrementos anuales respectivos del 2,04 por ciento y el 11,79 por ciento respecto a 2002. EFE