Miles de casinos, salas de apuestas y de tragamonedas en toda Rusia cerraron definitivamente desde el primer minuto de ayer, en cumplimiento de una ley que apunta a combatir la adicción al juego. Estos locales sólo podrán funcionar en cuatro regiones remotas del país. El Kremlin también anunció nuevas medidas contra el alcoholismo, como respuesta a un informe sobre las muertes en el país por esta causa.

La ley contra los juegos de azar dejaría a más de 400.000 personas sin trabajo, según estimaciones, en momentos en que la crisis económica rusa se está profundizando y el desempleo crece. La TV rusa dijo que en Moscú la ley afecta a más de 40.000 empleados de 30 grandes casinos y unas 500 salas de juegos y tragamonedas de menor tamaño. Ayer la policía moscovita verificaba que los salones de juego de toda la capital cerraran sus puertas.

La ley, aprobada hace tres años por iniciativa del entonces presidente Vladimir Putin, limita el juego legal a cuatro zonas especiales en regiones remotas de Rusia, la mayoría a miles de kilómetros de Moscú. Pero allí hasta ahora no se han hecho preparativos para construir salas especiales. Los expertos auguran por tanto un auge del juego ilegal.

En tanto, el gobierno lucha contra el alcoholismo. «Bebemos más que en los años 90, pese a que los tiempos eran entonces realmente duros», dijo el presidente, Dmitri Medvedev, en Moscú, y anunció que por eso acordó con el Ministerio de Salud un amplio programa contra esta adicción.

También el ex presidente soviético Mijail Gorbachov llamó a la población a tener un estilo de vida más sano. Los rusos beben en promedio al año 17 litros de alcohol puro por cabeza, dijo en la TV estatal. Si el país sigue bebiendo así, «se autodestruirá», denunció.