Treinta exhabitantes de la calle decidieron ganarles la carrera a las drogas, pedaleando en caballitos de acero, en un ciclopaseo que se realizó por el parque Simón Bolívar con esta población, y que servirá de modelo para efectuar más jornadas deportivas que apoyen la reintegración de estos jóvenes a la sociedad.

Desde que Carlos Herrera se dejó llevar por el mundo de las drogas, comenzó a dejar de lado actividades deportivas a las que estaba acostumbrado. Por ejemplo, se acabaron los domingos de ciclovía, en los que salía acompañado de sus familiares o de sus amigos del barrio.

Cuando le prestaron de nuevo una bicicleta, para participar en el ciclopaseo, volvió a sonreír, pues hace cuatro años no tocaba ni siquiera el manubrio de uno de estos vehículos.

Al volver a montar, sintió la adrenalina que recorre el cuerpo cada vez que se aborda el caballito de acero: un poco de sudor, mezclado con los nervios de poder caerse.

«Fue como volver a mi vida normal, cuando estaba lejos de las drogas. Volví a tener lo que no tuve durante este tiempo: un momento para reír», señaló emocionado Carlos.

Él es uno de los treinta integrantes de la organización Oasis, que decidieron comenzar su proceso de rehabilitación.
«Los que vinieron al ciclopaseo son personas que están internas con nosotros y que tienen necesidades de cambio, es decir, que quieren conseguir un trabajo, recuperarse de su problema de habitabilidad de la calle y de consumo de sustancias psicoactivas (SPA)», afirmó Laura Calderón, psicóloga de la organización.

Conociendo la ciudad

Calderón señaló que una de las experiencias positivas que el ciclopaseo permitió vivir fue el que los integrantes del grupo conocieran este importante punto de la ciudad, algo que, por su condición de habitantes de la calle, no habían podido hacer.

«Unos no son de Bogotá y por eso no lo distinguían, mientras que los que sí nacieron en la capital no lo habían visitado», explicó.

Para Fabián Munar, coordinador de actividades especiales del programa Pedalea por Bogotá, el ciclopaseo permite que estas personas se reintegren a los espacios de la ciudad.

«Este recorrido les ha ayudado a reconocer que podrían disfrutar de estos espacios deportivos si cumplen su proceso de rehabilitación, que dura aproximadamente un año», señaló.

Además, explicó que el trayecto fue corto, para que los participantes pudieran resistir, pues, por la ingesta de drogas, algunos tienen el organismo afectado.

Aun así, los ciclistas gozaron del recorrido, organizado por el Instituto Distrital de Recreación y Deporte (IDRD). «Uno vuelve a ser como un niño, a sentir esa emoción de poder divertirse en la compañía de los amigos. Yo no había montando en bici de esta forma», explicó Óscar Igua, otro de los participantes, quien también reconoció que con esta salida pudo sentir su proceso de desintoxicación.