El director del Departamento de Enfermedades no Transmisibles y Salud Mental de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Derek Yach, advertía ayer de que, en contra de lo comúnmente aceptado, las bebidas energéticas se utilizan como estímulo para continuar bebiendo alcohol en lugar de sustituir su consumo. La aparición de estos nuevos productos «atractivos» para los jóvenes con envases diseñados para estas edades y un sabor dulce «hacen que consumir alcohol sea más agradable», en palabras de Yach.

El responsable de la OMS, que junto al delegado del Gobierno del Plan Nacional sobre Drogas, Gonzalo Robles, y al director general de Drogodependencias de la Generalitat, Bartolomé Pérez, inauguró ayer en Valencia una Reunión Internacional sobre Márketing y Publicidad de Bebidas Alcohólicas hacia los Jóvenes, constató que «la publicidad sobre bebidas alcohólicas aumenta, mientras que los esfuerzos regulatorios no se desarrollan al mismo nivel».

Por esta razón aplaudió la legislación que prepara el Gobierno, de la que dijo «es un paso adelante y va a servir de ejemplo a otras partes del mundo».

Publicidad incontrolada

No obstante, Yach alertó sobre los nuevos métodos publicitarios que impiden el control del cumplimiento de las restricciones legislativas a la publicidad de alcohol.

«Los niños y los jóvenes son la diana de las nuevas tecnologías de persuasión, donde los productos se muestran deseables y atractivos para influir en sus emociones y no en su pensamiento crítico», aseguró Yach, quien indicó que la juventud es el objetivo porque actualmente tiene un mayor poder adquisitivo y una gran influencia en los gastos familiares.

No es una «ley seca»

Por su parte, Gonzalo Robles aseguró que el anteproyecto de ley de Prevención del Consumo de Alcohol, actualmente en fase de borrador, será una normativa preventiva sobre el abuso del consumo de alcohol, centrada especialmente en los adolescentes y menores de edad.

«No existe ninguna ley seca», aseguró Robles, quien indicó que el nuevo
texto normativo, que el Gobierno se comprometió a elaborar tras el congreso «Jóvenes, noche y alcohol» celebrado el pasado mes de febrero, «prohíbe exclusivamente una forma de consumo, lo que vulgarmente se denomina «botellón», pero no el resto de consumo en las terrazas o fiestas patronales».

El alcohol es, aseguró, «la droga más consumida por la población española y la que ocasiona más problemas de salud, ya que se ingiere de forma compulsiva y altamente peligrosa junto a otras sustancias como el cannabis, la cocaína o las drogas de síntesis».

Destacó la importancia que tiene poner en marcha una ley de prevención en un país donde la edad de inicio en el consumo de alcohol es de 13,5 años y donde el 26% de los jóvenes de entre 15 y 19 años asegura que la primera vez que consumió alcohol lo hizo antes de los 15 años.

Robles mostró su preocupación por la feminización del consumo de alcohol, ya que en los últimos años se ha igualado al de los hombres e incluso se ha superado en dos puntos en el tramo de edad de 15 a 19 años, aunque consideró que se trata de un momento coyuntural, en el que las jóvenes copian modelos masculinos equivocados para incorporarse a la sociedad con los mismos derechos.

Las bebidas alcohólicas, tras los coches, son los productos que más se publicitan, según Robles, quien señaló que el acceso y la disponibilidad a las sustancias hace que aumente su consumo y, por ello, es preciso proteger a los menores con determinadas franjas horarias o formas de publicidad menos agresivas.

También señaló que en el anteproyecto de ley, que será aprobado por el Consejo de Ministros el próximo día 24, se actualizarán las sanciones en cantidades realmente disuasorias y eficaces para los que vulneren la ley, y se perseguirá la resolución de los expedientes en un tiempo corto. Precisó que se trata de una «ley básica, de mínimos para el Estado», ya que son las comunidades autónomas y ayuntamientos los que tendrán la posibilidad de completarla.