Los patrones de consumo de alcohol están cambiando, sobre todo, entre los más jóvenes. Javier Ballesteros, profesor titular de Psiquiatría de la Universidad del País Vasco (UPV), ha señalado en el marco de una rueda de prensa del XI Congreso de la Sociedad Española de Toxicomanías, que se está celebrando en Logroño del 2 al 5 de marzo que, a pesar de que actualmente no disponemos de estudios que avancen lo que va a pasar en el futuro, todo apunto a que en los próximos años los problemas sanitarios derivados del consumo abusivo del alcohol van a ser más graves que los que presentan los patrones actuales. “Alcoholismo ha habido siempre y lo seguirá habiendo, pero actualmente los jóvenes consumen bebidas de mayor graduación en periodos muy cortos de tiempo para conseguir la embriaguez”, señala Ballesteros. Al carecer de datos de seguimiento, es difícil avanzar qué porcentaje de jóvenes revertirá en consumos normales o mantendrán estas nuevas pautas de excesivo consumo.

Javier Ballesteros insistió en la necesidad de estudios transversales en el tiempo para saber qué consecuencias tendrá a medio plazo este nuevo patrón de consumo. “En los próximos cinco años tendremos respuestas”, aventuró.

El profesor de la UPV perfiló la figura de los bebedores de riesgo, personas que no cumplen los criterios psiquiátricos de alcoholismo, pero que presentan importantes riesgos de salud provocados por el continuado consumo de alcohol (hipertensión, problemas coronarios, etc.). Igualmente, se ha comprobado que los bebedores sociales, cuando presentan problemas de salud, éstos pueden verse agravados por dicho consumo. “Está demostrado que el alcohol en pequeñas cantidades es beneficioso. Antes del alcoholismo hay un continuo consumo de alcohol, lo que no sabemos es dónde está el corte, cuál es el límite”. En cualquier caso, lo que sí se sabe con seguridad es que el problema del alcoholismo sigue una tendencia exponencial ya que a mayor consumo mayor es la mortalidad y los riesgos para la salud.

En este sentido, Silvia Mendieta, vicepresidenta de la Sociedad Española de Toxicomanías (SET), añadía que “los jóvenes no buscan los efectos placenteros del alcohol sino los psicotrópicos. No saben el tipo de destilado de lo que beben, sólo conocen las marcas”. Mendieta destaca, asimismo, que “es importante distinguir entre consumo, consumo abusivo y alcoholismo” y que, si bien, en nuestro país se dispone de patrones asistenciales de probada eficacia, “lo que verdaderamente asegura resultados a largo plazo es la prevención”.

El consumo abusivo de alcohol es, en palabras de la vicepresidenta de la SET, un trastorno adictivo probado que provoca importantes repercusiones, como accidentes de tráfico, maltrato, siniestralidad y absentismo laboral. Problemas que no sólo sufre la persona bebedora sino toda la familia.

El 2,6% de los adolescentes riojanos se embriagaron en el último mes

Por otra parte, el psiquiatra y director de Procesos de Salud de Mental de La Rioja, Miguel Angel Ortega, señaló que “el problema del consumo de alcohol en nuestra zona no es tanto cuantitativo como cualitativo, porque se comienza a consumir a edades muy tempranas”. Ortega manifestó que “el 2,6% de los adolescentes de entre 12 a 16 años riojanos se habían embriagado en el último mes”. A este respecto, apuntó que resulta muy complicado intervenir en estos grupos de edad “porque son adolescentes, no sirve de nada prohibir, lo único que funciona son las campañas de prevención que les enseñen los efectos reales del consumo abusivo del alcohol”.

Ortega anunció la puesta en marcha de un proceso asistencial en esta comunidad que abarcará la red de atención primaria y la red de asistencia psiquiátrica, “para de esta forma, señaló, ser más eficaces y eficientes. Se trata de aunar criterios y realizar una completa planificación para mejorar la asistencia que proporcionamos”.