Según se desprende de un estudio publicado en el último número de la revista «Medicina Clínica», el consumo de éxtasis genera frecuentes consultas en los servicios de urgencias y tiene manifestaciones clínicas potencialmente mortales.

El éxtasis es una droga que consume una parte de la población joven de España, generalmente de forma esporádica y, hasta el momento, con escasa repercusión aguda en la salud de los consumidores. Esta circunstancia ha hecho que se le atribuya una seguridad que en realidad es falsa, ya que existe la posibilidad de un desenlace fatal. En el año 2000, el 5,7% de los estudiantes españoles de secundaria afirmó haber consumido éxtasis en alguna ocasión y el 4,6% lo había hecho en los últimos 12 meses. Durante este mismo año, el 4,5% de las urgencias atendidas en España en relación con sustancias psicoactivas se debieron al consumo de anfetaminas o sus derivados.

En el estudio de la revista de Doyma se analizan las consultas producidas por el consumo de éxtasis u otros derivados anfetamínicos en el servicio de urgencias de un hospital de referencia y se valora la gravedad de los cuadros clínicos. Durante el período examinado (del 1-1- 2000 al 31-12-2002) el motivo de consulta de 135 pacientes estuvo relacionado con el consumo de éxtasis u otros derivados anfetamínicos. En el año 2001 se doblaron los casos atendidos respecto a los 2 años anteriores.

Las urgencias generadas por el consumo de éxtasis representan entre el 0,09% y el 0,16% de las consultas realizadas en el servicio de urgencias y el 12,2% de las debidas al consumo de alguna droga ilegal. A pesar de que, en general, el pronóstico es bueno, hubo 9 casos que presentaron crisis comiciales y 2 que fallecieron.

El perfil del paciente atendido en urgencias es el de un varón de entre 20 y 30 años que consume éxtasis durante el fin de semana o los días festivos y por la noche. Los motivos de consulta se deben a los efectos secundarios del consumo de éxtasis, que aparecen al aumentar la dosis o mezclarla con otros tóxicos, como el alcohol o la cocaína. Al contrario de lo que sucede con otras drogas, menos de un 10% de los individuos niega el consumo de éxtasis.