Este mes de Agosto desde Help Adicciones, daremos explicación a los ritmos circadianos en el contexto de la Enfermedad de adicción, semanal mente publicaremos un texto sobre este interesante tema.

Esta semana empezaremos hablando sobre la cronobiología como paso previo a los ritmos circadianos.

La cronobiología es una ciencia que estudia el fenómeno de los ritmos biológicos que se ha desarrollado desde la segunda mitad del siglo XX. La correcta expresión rítmica es un indicador de salud y calidad de vida en todas las fases del ciclo vital y, esto es una característica universal en los países nórdicos, con un ciclo luz/oscuridad muy variable en acuerdo con la estación y también en los países con condiciones más favorables. Aunque los países nórdicos son muy sensibles al riesgo de padecer muy poco o abundante luz durante el año, en los países mediterráneos es muy común descuidar este factor, lo que al final favorece una prevalencia similar de los problemas relacionados a la mala adaptación del reloj interno a las señales ambientales. Por ello, la gente con una vulnerabilidad biológica individual a los cambios estacionales rítmicos no consideran las medidas preventivas y a pesar de las condiciones ambientales favorables, vive sin considerar la luz.

Existen varios ritmos biológicos siendo los más estudiados, por su interés clínico, los ritmos circadianos de 24 horas de duración. Ellos están producidos por el reloj biológico del organismo que se localiza en el núcleo suprachiasmático del hipotálamo, localizado sobre el quiasma óptico.

Normalmente, la expresión de los ritmos circadianos depende de la información de la luz del ambiente y, ante todo, del ritmo luz/oscuridad. La información de la luz ambiental se transmite al sistema nervioso central a través del tracto retinohipotalámico, aun siendo este el principal sincronizador del reloj biológico, se han identificado otros como la comida, la actividad física, las señales sociales. El reloj interno es extremadamente puntual en su funcionamiento, y además tiene la capacidad de adaptarse en menos tiempo posible a los cambios ambientales tales como el viaje transmeridiano (jet lag) o el cambio de turnos de trabajo. El sistema nervioso central está conectado con la hipófisis que produce el melatonina, la señal de oscuridad en el organismo.

Existen muchos procesos con un ritmo circadiano (bioquímicos, fisiológicos, conductuales) y el más evidente es el ciclo sueño vigilia. Algunos de estos procesos se han convertido en marcadores del funcionamiento del sistema circadiana, gracias a su robustez e implicación en salud y enfermedad, tal como la temperatura corporal y los hormones cortisol y melatonina. La temperatura central el máximum de la cual aparece a las 17-20 h y su mínimum a las 3-5 h de la madrugada, se considere un estimulador de la actividad del cerebro. La alteración de la temperatura central está bien estudiada en varios trastornos del estado de ánimo, sobre todo la depresión endógena. Un nuevo propósito de medida integrada basada en termometría, actimetría y la posición corporal para medir el estado del sistema circadiano, un sistema ambulatorio que es fácil de utilizar y para analizar los resultados.

El ritmo circadiano del cortisol se caracteriza por un marcado pico de secreción cerca del tiempo de despertar y un mínimum durante la primera parte del sueño. Durante situaciones de estrés, la producción de cortisol es muy sensitiva a estímulos del sistema límbico y de la corteza prefrontal y puede ser alternada por diferentes circunstancias psicopatológicos.

La melatonina tiene un pico nocturno dependiente de la duración del periodo de luz ambiental y su mínimum durante las horas de vigilia. La pérdida del pico de melatonina produce una alteración del sueño evidente y en el mismo tiempo reduce la actividad antioxidante e inmunológica del organismo.

Tratamiento especializado. Jose Manuel Torres Garcia. Clínica de desintoxicación. Expertos en drogodependencias.

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