Dejar de fumar durante el embarazo puede llegar a reducir hasta en un 15% de los casos el asma en los niños. Según un otro estudio de la Universidad de California, el 40% de los fetos expuestos al tabaco de su madre serán fumadores cuando sean adultos.

Son numerosos los estudios realizados por diferentes universidades como las de Buenos Aires (Argentina)o Queensland (Australia), u hospitales como el Hospital Materno Infantil de Zaragoza o el Hospital Virgen de la Macarena de Sevilla, que han evaluado los diferentes riesgos que tiene un feto cuando la madre es fumadora.

El hábito del tabaco en el embarazo puede producir un incremento de la arteriosclerosis, lesiones en las arterias coronarias, aumento del riego de sufrir patologías cardiovasculares en edad más adulta, mayor riesgos de padecer arterosclerosis y aumento del riesgo de deformidades en los dedos de las manos y los pies del niño.

El déficit de atención, la hiperactividad, los comportamientos impulsivos y algunos trastornos psiquiátricos, puede ser causa de la exposición del feto, por parte de la madre al tabaco.

Según el Hospital Materno infantil de Zaragoza, el niño tiene 4 veces más posibilidades de nacer con peso y talla inadecuadas para su edad gestacional si la madre ha fumado durante el embarazo.

A pesar de todos estos estudios, el 70% de las mujeres fumadoras que se quedan embarazadas no dejan este hábito durante el periodo de gestación, según el estudio realizado por el Hospital Virgen de la Macarena. No obstante, las fumadoras tienen más dificultades de quedarse embarazadas, y en el caso de que no dejen el tabaco durante la gestación, pueden darse riegos de parto prematuro, bajo peso al nacer, cólicos lactantes, muerte súbita, otitis o infecciones respiratorias.