De acuerdo con investigadores, la adicción a las drogas ocurre cuando la parte más primitiva del cerebro toma el control en las decisiones del individuo y, por ello, uno de los tratamientos experimentales es involucrar al córtex, la zona más desarrollada del cerebro para frenar esas conductas.
“Esos hábitos que tiene la gente son administrados por los centros inferiores del cerebro, entonces no es una persona decidiendo hacerlo, es una conducta automática. Lo que intentamos hacer en el tratamiento de estos procesos de la adicción es lograr que la persona piense de nuevo”, comentó John Krystal, jefe del Departamento de Investigación Farmacológica de la Universidad de Yale]
Cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS) señalan que existen 20 millones de alcohólicos, 25 millones de adictos a las drogas y mil 100 millones de fumadores en todo el mundo. Muchos de ellos se inician en las adicciones debido a la depresión.
“En el abuso de sustancias vemos altas tasas de depresión grave. Es en determinado porcentaje de pacientes, particularmente en pacientes bipolares, ya que tienen un cuadro de depresión que les da euforias excesivas y depresiones excesivas, entonces son más proclives a abusar de sustancias, especialmente del alcohol”, dijo Alan Schatzberg, presidente Asociación Estadounidense de Psiquiatría.
Pero no sólo las personas con predisposiciones psicológicas, genéticas o con historia familiar de adicciones están en riesgo. De acuerdo con los especialistas, basta con una sola vez para que una sustancia reconfigure nuestra química cerebral.
“Las funciones motivacionales del cerebro pueden ser «secuestradas» por la experiencia de la adicción y la gente que es reflexiva y que planea en el largo plazo, cuando usa alcohol, cuando usa cocaína, que usa otras drogas, con el tiempo esa gente va a desarrollar las funciones cerebrales de la gente vulnerable”, expresó John Kristal.
Entre los tratamientos actuales destacan medicamentos que bloquean la sensación de placer que provocan las drogas y acentúan sus efectos negativos, así como la terapia psiquiátrica y el seguimiento de la bioquímica del adicto.