Investigadores del Instituto de Tecnología de California (Estados Unidos) han ideado un simple de juego de azar con el objetivo de distinguir las estructuras del cerebro involucradas en situaciones de riesgo y recompensa como los juegos de azar. Los resultados, que se obtuvieron a través de una resonancia magnética del cerebro y han sido publicados en la revista ‘Neuron’, permiten diferenciar entre el circuito cerebral del juego y las funciones de aprendizaje, motivación y evaluación de prominencia de estímulos.

En sus experimentos los investigadores pidieron a los participantes que eligieran dos cartas de una baraja numerada del uno al diez. Antes de elegir la carta debían apostar un dólar y predecir qué carta sería más alta, la primera o la segunda. Las imágenes de la resonancia magnética del cerebro de los sujetos durante la prueba de juego mostraron qué áreas del cerebro se activaron durante diferentes partes de la tarea. En este sentido, el análisis se centró en el «periodo anticipatorio» entre la visión de la primera y segunda carta, ya que es en este momento cuando los sujetos son capaces de juzgar el riesgo de perder o ganar su apuesta.

Resultados

Los autores del estudio dividieron el periodo anticipatorio en dos subperiodos. Durante el primer segundo después de ver la primera carta, los sujetos se concentraban en la recompensa esperada; en los siguientes seis segundos, anteriores a ver la segunda carta, evaluaban el riesgo revelado por la primera carta. De esta forma, descubrieron que podían distinguir las regiones del cerebro que respondían de forma específica ante la espera de recompensa y el riesgo corrido. Estas áreas mostraron una actividad que aumentaba con el nivel de recompensa esperada y el riesgo percibido. En este sentido, la activación asociada a la recompensa era inmediata mientras que la activación asociada al riesgo era posterior.

Las regiones del cerebro que se activan en estas situaciones forman parte de un circuito cerebral controlado por el neurotransmisor dopamina que también interviene en el aprendizaje, motivación y prominencia de los estímulos. Sin embargo, los investigadores destacan que el diseño de la prueba del juego y el análisis de sus datos anulan la participación de estas funciones, lo que significa que han aislado el funcionamiento del sistema del juego en estas regiones.

Estos descubrimientos podrían ayudar a comprender y tratar las decisiones arriesgadas que los individuos toman cuando padecen trastornos como la ludopatía, la esquizofrenia o trastornos bipolares.