Los políticos se han echado las manos a la cabeza y han denunciado la puesta en venta de este nuevo producto, que lleva un mes en el mercado y que surge como competencia a bebidas energizantes como Red Bull (tiene tres veces más cafeína que ésta).

Los legisladores demócratas critican que el nombre pueda inducir a confusión y denuncian que se esté publicitando entre los adolescentes una sustancia ilegal como la cocaína.

Para el legislador por Queens, James Sanders, «sólo hay dos razones posibles para usar este infame nombre para comercializar una bebida energizante».

«O eres un ignorante de los horrores de la adición a la cocaína o tu Dios es el dólar y ni siquiera la vida de personas es más sagrada que los billetes», indicó.

La bebida fue puesta a la venta el mes pasado por la compañía Redux Beverage, de California, en tres mercados, principalmente en Nueva York, pero también en Los Angeles y San Diego.

La bebida se vende en latas de color rojo y la palabra «Cocaína» en grandes caracteres con otra leyenda más pequeña que reza «La alternativa legal».

Las quejas también han llegado desde el Centro Nacional de Adicciones y Abuso de Drogas de la Universidad de Columbia. Su presidente Joseph Califano consideró el asunto como «asqueroso, irresponsable y castigable».

En su defensa, uno de los dueños de la compañía que la vende, Hannah Kirby, dijo a medios locales que «elegimos este nombre sabiendo que iba a ser polémico, pero la polémica vende».

Indicó que las críticas procedían de sectores conservadores y dijo que «los chicos jóvenes son mucho más inteligentes que otras personas que pensamos que lo son».

Durante una fugaz visita a Nueva York para promocionar su producto dijo que «se trataba de un juego de palabras» y que cualquiera sabe distinguir entre una bebida y una droga altamente adictiva como la cocaína.

Los legisladores han pedido a las autoridades competentes, como el Departamento de Salud y al de Consumidores que investiguen sobre la seguridad de esta bebida.

Sin embargo, su acción puede ser limitada pues las bebidas de este tipo son consideradas suplementos dietéticos y no productos alimenticios, por lo que quedan fuera de la estricta normatividad de la federal Administración de Alimentos y Drogas.