De acuerdo con los resultados de un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Nottingham (Reino Unido) y publicados en el último número de la revista Pediatrics (2009;123:e289-e296), unos escasos y contados episodios en los que una mujer embarazada bebe cuatro o más copas de alcohol puede aumentar el riesgo de que su hijo padezca problemas de salud mental en la niñez.

En palabras del Dr. Kapil Sayal, investigador principal del estudio, “los patrones de consumo de alcohol durante el embarazo por episodios de borrachera son tan importantes como los niveles promedio de consumo en cuanto al riesgo de problemas de salud mental y aprendizaje en la infancia conferidos al bebé”.

Mediante el empleo de datos del Avon Longitudinal Study of Parents and Children, los expertos examinaron los efectos del consumo excesivo de alcohol, por parte de la madre durante el segundo y el tercer trimestre de embarazo sobre la salud mental de los niños. El estudio incluyó a 6.355 niños, seguidos durante 47 meses, y 5.599, evaluados durante 81 meses.

El consumo compulsivo de cuatro o más bebidas alcohólicas en un día incrementó el riesgo de problemas de salud mental, especialmente de hiperactividad, en las niñas tanto a los 47 como a los 81 meses; y en los varones a los 81 meses.

Estas relaciones persistieron incluso ante la ausencia de consumo diario de alcohol durante la gestación. Las borracheras maternas no parecieron afectar el coeficiente intelectual, después de tener en cuenta los posibles efectos de otros factores de riesgo.

Como concluyen los autores, “en conjunto con nuestros hallazgos previos sobre los efectos del consumo ocasional de alcohol en el primer trimestre de embarazo, parece haber efectos importantes sobre la salud mental del niño tanto por contextos de bajo nivel de consumo constante como por episodios ocasionales de borrachera”.