La literatura recoge numerosas evidencias en las que se constata la fragilidad ósea consecuente con el alcoholismo. Una relación que, de acuerdo con las conclusiones de un nuevo estudio publicado en la edición digital de la revista Alcoholism: Clinical and Experimental Research (DOI: 10.1111/j.1530-0277.2008.00847.x), se establece en los varones incluso durante la juventud. Por el contrario, y sorprendentemente, el riesgo de sufrir pérdida de la masa ósea no se observó en las mujeres.

El estudio, dirigido por el Dr. Peter Malik, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Innsbruck (Austria) y llevado a cabo con la participación de 57 adultos alcohólicos con edades comprendidas entre los 27 y los 50 años, mostró cómo un 25% de los varones tenía su masa ósea por debajo del nivel normal. Por el contrario, únicamente una de las 20 mujeres estudiadas presentaba deficiencia en la masa ósea. Esa diferencia, opinan los autores, podría atribuirse a los niveles relativamente altos de estrógenos en las mujeres, lo que habría protegido su densidad ósea. En cambio, los hombres carecían de esa protección y, como las mujeres, tenían altas tasas de deficiencia de vitamina D –vital para proteger la pérdida de masa ósea.

En opinión de los autores, los resultados sugieren que el nivel de masa ósea y el metabolismo óseo deben controlarse preventivamente incluso en los alcohólicos jóvenes. Pues como refirió el Dr. Malik, “el hecho de que hasta los varones jóvenes alcohólicos relativamente saludables, sin enfermedad hepática, tengan una baja densidad mineral ósea es un hallazgo importante”.

Se cree que, cuando menos parcialmente, el alcoholismo provocaría el debilitamiento óseo por sus efectos tóxicos sobre las células formadoras de hueso. Todo ello sin olvidar la influencia de los efectos indirectos: los alcohólicos comen mal y hacen poco ejercicio, dos hábitos que pueden reducir la densidad ósea. De hecho, los autores señalaron que el estudio no mostró una relación entre la densidad ósea y la duración de la adicción al alcohol o la cantidad de alcohol que los pacientes habían consumido antes de iniciar el tratamiento, aspecto que sugiere que el estilo de vida influiría en la pérdida de densidad ósea.

Según el estudio, se desconoce si la densidad ósea aumenta cuando los alcohólicos dejan de tomar alcohol, ya que pocas investigaciones han estudiado la salud de los huesos de los alcohólicos jóvenes en recuperación.