El uso de las drogas psicodélicas está rompiendo cada vez más barreras en España y en el resto del mundo de la mano de la investigación científica y la medicina, que se sirven de ellas para el tratamiento de diversos problemas de salud mental y adicciones. En Fuerteventura se reúnen este fin de semana unas 300 personas, la mayoría profesionales de la psiquiatría y la psicología, que participan en un encuentro internacional sobre las terapias psicodélicas en el que se abordan los avances en un campo que busca evidencias científicas en medio de muchas trabas legales al uso de sustancias prohibidas.
Cada vez acuden más personas a ese encuentro, denominado Fuertedélica y que cumple su tercera edición, atraídas por las posibilidades que ofrece la psicodelia en el campo de la salud mental desde diferentes ámbitos y puntos de vista. Este año van a hablar durante dos días de los diferentes usos e investigaciones que se están haciendo con MDMA, ibogaína, ayahuasca o ketamina. «Vivimos en una sociedad cada vez más polarizada, enajenada, y debemos tener en cuenta que la salud comunitaria empieza siempre por la individual. Los psicodélicos ayudan a salir también de esa realidad, a verla desde otra perspectiva. Nos ayudan a resolver conflictos», dice Raúl del Pino, uno de los organizadores del congreso.
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