El pasado miércoles 1 de septiembre el Congreso de los Diputados se ha unido a la batalla contra el humo al prohibir el consumo de tabaco en todas sus dependencias así como en el resto de los edificios administrativos dependientes de esta institución.

La Mesa de la Cámara Baja acordó el pasado 1 de junio con el apoyo de todos los grupos parlamentarios declarar «espacio libre de humos» los edificios del Congreso a propuesta del diputado de Los Verdes, Francisco Garrido.

La decisión, que se adoptó coincidiendo con la celebración del Día Mundial sin Tabaco, busca proteger el derecho de los no fumadores en los dependencias y las sesiones parlamentarias. Garrido advirtió de que, si no quedaba prohibido el consumo de tabaco, recurriría «a los tribunales» y acudiría «con mascarillas» al Congreso.

Para Garrido «es un escándalo que en los edificios públicos no se puede fumar y los diputados y senadores pudieran fumar en las dependencias públicas del Congreso y Senado».

ZONAS PARA FUMADORES

Ahora con la entrada en vigor de la declaración, los diputados y funcionarios adictos a la nicotina tendrán tres zonas para fumadores, separadas y debidamente señalizadas, a las que podrán acudir para soportar la prohibición generalizada de fumar en la Cámara Baja. Incluso, si alguno de los diputados decide abandonar el hábito, está previsto que la Cámara Baja les preste asistencia médica.

Así, las «zonas para fumadores» se han situado en el pasillo tras la sala de columnas, en el primer piso del edificio de ampliación, en una zona de la cafetería de ese mismo edificio y en el patio que separa los dos edificios principales del Congreso.

Esto supone que no está prevista la instalación de ningún reducto para fumar en el Palacio del Congreso, el edificio más antiguo y más delicado, ni tampoco en el restaurante de ampliación ni en la zona de prensa.

En todo el Congreso de los Diputados se han colocado ya los carteles que indican la prohibición de fumar o la posibilidad de hacerlo en las «zonas para fumadores», y se han retirado los ceniceros situados en todas las zonas afectadas por la prohibición.

Esta normativa interna del Congreso limita la posibilidad de fumar mucho más de lo que hizo el Senado hace unos meses. En la Cámara Alta parlamentarios y trabajadores reconocen que no se cumple la prohibición de fumar, y existe ya una petición del personal para que se impongan las mismas condiciones que en la Cámara Baja.