Con motivo de la inauguración ayer de la exposición «Drogas: una mirada crítica», el presidente de la Asociación Riojana de Ayuda al Drogadicto (ARAD), José Luis Rabadán, ofreció datos sobre el consumo de cocaína. Esta sustancia es actualmente, tras el cannabis, la droga ilegal más consumida en el conjunto de la Unión Europea.

Su consumo, que ha seguido una tendencia creciente en los últimos años, se concentra en los adultos jóvenes de 15 a 34 años. España y Reino Unido son los países europeos con prevalencias de consumo más altas. Además, la mayoría de los consumidores de cocaína toman también otras sustancias como alcohol y can-nabis.

En La Rioja, la última encuesta escolar realizada a 559 personas de entre 14 y 18 años sobre consumo de cocaína desveló que la edad media de la primera prueba es 15,4 años y el 2,7 por ciento aseguró que la había consumido en el último mes.

Por otra parte, la última encuesta domiciliaria realizada a 750 personas de entre 15 y 64 años en La Rioja reveló que la edad media de la primera prueba es de 21,03 años y el 0,9 por ciento aseguró haberla consumido en el último mes.

Poder adictivo

La cocaína es una droga poderosamente adictiva. Las personas que la han probado describen la experiencia como una euforia potente que les da una sensación de supremacía. Sin embargo, una vez que la persona comienza a usar cocaína, no se puede predecir ni controlar hasta qué punto continuará usando la droga. Las formas principales de ingerir cocaína son inhalar o aspirar por la nariz, inyectar y fumar,

Los riesgos a la salud existen independientemente de si la cocaína se inhala (aspira), se inyecta o se fuma. Sin embargo, parece ser que el uso compulsivo de la cocaína puede desarrollarse más rápido cuando se fuma que cuando se inhala. Fumarla permite que dosis extremadamente altas de la droga lleguen al cerebro con mayor rapidez y produce una euforia intensa e inmediata.

Los efectos físicos del uso de la cocaína incluyen constricción de los vasos sanguíneos periféricos, pupilas dilatadas y aumento en la temperatura del cuerpo, la frecuencia cardíaca y la tensión arterial. Algunos usuarios de cocaína reportan tener sensaciones de intranquilidad, irritabilidad y ansiedad, tanto durante el uso como entre períodos de uso.

Los que la usan pueden desarrollar una tolerancia considerable al efecto de la droga, y muchos usuarios informan de que buscan obtener tanto placer como la primera vez, pero no lo logran.

Las dosis altas de cocaína y su uso prolongado puede desatar paranoia. El usuario que fuma cocaína puede manifestar una conducta paranoica particularmente agresiva.

Las personas adictas pueden deprimirse cuando dejan de usar la cocaína. Esta depresión los lleva a continuar el uso de la droga para aliviar la depresión.