La delegada del Gobierno para el Plan Nacional Sobre Drogas (PND), Carmen Moya, ha asegurado hoy que hay que «estar alerta» ante un posible auge en los próximos años del consumo de heroína, una droga que actualmente está en receso, así como de nuevas sustancias de diseño «mucho más selectivas».

Moya, que hoy ha participado en un seminario organizado en Barcelona con motivo del veinte aniversario del PND, ha señalado que «es difícil saber cuáles van a ser las drogas del futuro», ya que el escenario en este ámbito es «muy cambiante», aunque ha afirmado que éste posiblemente venga marcado por un incremento del consumo de heroína por otras vías de administración que no sean la parenteral.

«No podemos olvidar que la heroína está ahí y puede llegar», ha indicado Moya, que ha recordado las grandes cantidades de opio que se siguen cultivando en países como Afganistán, el mayor productor de adormidera del mundo, y que los traficantes podrían intentar hacer entrar al país.

Según datos de la Agencia de Salud Pública de Barcelona, la capital catalana es, precisamente, la ciudad española en la que hay más consumidores de heroína por vía inyectada, una situación que se debe a las características del mercado, ya que la heroína que circula es blanca, una modalidad que difícilmente se puede fumar, pero que es muy fácil de diluir.

En estas jornadas también ha intervenido el director General de Drogodependencias de la Generalitat, Joan Colom, que ha apuntado hacia un futuro marcado por sustancias «más selectivas», en la línea de las drogas de síntesis, que «estimularán ámbitos muy concretos de la actividad cerebral».

Colom ha explicado que serán drogas «básicamente de carácter estimulante, hechas muy a medida y dirigidas a un fin muy concreto», demandadas por una sociedad cada vez más «competitiva», con más horas de trabajo y con una visión del ocio ligada al consumo de sustancias estupefacientes.

En cualquier caso, tanto Moya como Colom han coincidido en destacar la dificultad de predecir un escenario futurible, ya que hace unos años también se preveía que las drogas de síntesis iban a copar el consumo actual, y son en cambio la cocaína y el cannabis las sustancias más solicitadas.

Las últimas cifras hechas públicas demuestran que el consumo de cannabis entre los jóvenes de 14 a 18 años se ha duplicado en la última década, mientras que el consumo de cocaína entre los adolescentes se ha multiplicado por cuatro en el último decenio.

Según la responsable del Plan Nacional sobre Drogas, es necesario avanzar en la prevención de la drogadicción «incorporando nuevos enfoques e ideas», teniendo «siempre la mente abierta» y con «afán de comprender lo nuevo», dado que se ha producido un cambio en las sustancias consumidas y los patrones de consumo, que son recreativos y sin conciencia de riesgo.

«Hay que ser audaces porque estamos en una situación cambiante que no permite en ningún caso la inmovilidad», ha subrayado Moya, que ha remarcado la necesidad de «romper la asociación entre diversión y consumo de drogas».

El director de Salud Pública de la Generalitat, Antoni Plasencia, ha reconocido que en los hospitales catalanes «se han empezado a ver brotes psicóticos y trastornos agudos con más frecuencia que antes» a causa del consumo de cocaína, una situación que no es diferente en el conjunto de España.

Según el Ministerio de Sanidad, el número de ingresos hospitalarios por psicosis producidas por drogas ha aumentado un 420 por ciento en los últimos diez años, lo que pone de manifiesto que el consumo prolongado de sustancias como el cannabis, la marihuana o la cocaína produce daño, a pesar de que se considera que son menos peligrosas, debido a la banalización del consumo de drogas que se ha producido en España.