Carola Pérez (Madrid, 1978) es licenciada en Comunicación Audiovisual y ha desarrollado buena parte de su trayectoria profesional en el sector de la música, trabajando como promotora de conciertos, representante de artistas, agente de prensa y periodista. Una grave lesión ósea acaecida en su pubertad le llevó a malvivir bajo el asedio de un dolor eterno e insoportable, hasta que el cannabis se cruzó en su agotador viacrucis existencial. La ostensible mejora de sus condiciones de vida gracias al cáñamo le impulsó a fundar el Observatorio Español del Cannabis Medicinal. Desde entonces lidera el activismo por la regulación de su uso en nuestro país –es asesora de la asociación de pacientes Dosemociones– y se ha convertido en referente indiscutible para los afectados por dolor crónico y severo que abogan por el reconocimiento de esta terapia.

Veo que tienes los cuadros con carteles de los conciertos que organizabas cuando trabajabas de promotora musical en las paredes del salón.

Sí, tengo así toda la casa llena de pósters de mis conciertos. Justo hoy me recuerda Facebook que hace tres años del primer sold-out de Berri Txarrak en La Riviera. Me rodean Wilco, Sigur Rós, Ólafur Arnalds, Junip, Efterklang, Tortoise, Shellac … Lo echo mucho de menos a veces. El único músico con el que sigo trabajando es con Gorka Urbizu, de Berri Txarrak. La música siempre ha sido una de mis grandes pasiones y es verdad que echo un poco de menos ese ambiente, y no estar todo el día en este ambiente entre lo ‘ilícito’, las farmacéuticas, los entramados políticos y escuchando veinticuatro horas al día hablar de sufrimiento… Es cansado –sobre todo emocionalmente– para una persona que está enferma estar todo el día ayudando a gente muy enferma. Es un privilegio, de verdad, está muy bien, me encanta, pero es todo el día hablando de cáncer, de dolor, de muerte, de metástasis. Son demasiados input. Lo hago porque he elegido libremente ayudar desde mi experiencia y enfermedad a otros pacientes, eso está claro, pero a veces se echan de menos los conciertos y estar en ambientes más lúdicos. Quizá ha sido un contraste muy fuerte estar entre tanta vida y tanta alegría, a tanto dolor y tanta enfermedad.

Leer la entrevista completa en ethic.es