Se vislumbra un futuro sin humo en los locales de ocio españoles. Un futuro marcado por la reforma de la ley antitabaco, pactada ya por el PSOE con IU-ICV y ERC y que, de aprobarse finalmente tras el verano, podría entrar en vigor el próximo 1 de enero.

Los hosteleros llevan meses augurando una debacle del sector si finalmente se produjera esa modificación. «Va a ser la ruina (…) Traerá catastróficas consecuencias (…) Es una medida suicida…», fueron algunos de los vaticinios realizados por José María Rubio, presidente de la Federación Española de Hostelería (Fehr), a principios de 2010.

Los empresarios de los locales de ocio nocturno también calificaron de«irresponsable, inoportuna y demagógica» la medida durante la presentación, hace dos meses, de la campaña «Defiende la noche».

Entienden que su supervivencia depende de que se siga permitiendo fumar en sus establecimientos. Sin embargo, existen en España locales donde el «pitillo» se fuma en la puerta y no dentro. Sus dueños se muestran satisfechos con la decisión, la mayoría de sus clientes, entre ellos fumadores, también.

«Prohibido fumar» en cada esquina

Al cruzar el bar «Angelika», que no cierra hasta las 2 y media los fines de semana, uno encuentra el cartel de «Prohibido fumar» casi en cada esquina. Desde que abrió en 2005, el local sobrevive de esta forma y «no ha sido un problema». «En torno al 70 u 80% de los clientes son fumadores y salen fuera a fumar», confirma su encargado, Gerardo. «Algunas personas no quieren quedarse porque no se puede fumar» pero, matiza, son «las menos».

Mientras atiende a ELMUNDO.es, Gerardo ve a dos jóvenes encender un cigarro. Entonces se acerca a ellos, les pide que lo apaguen y vuelve. «A veces tengo que estar controlando. La gente respeta la medida, algunos no ven los carteles pero vas, les dices y no tienes ningún tipo de problema».

Los asistentes al «Angelika», donde también se pueden alquilar películas en una videoteca situada en el sótano, reconocen estar de acuerdo con la decisión. Todos salvo una chica. ¿La reforma de la ley sería negativa? «Sí, yo no estaría toda la noche aquí. Creo que tiene que haber locales donde se fume y donde no, y luego tú eliges», explica ésta.

Sin tabaco en distintos idiomas

La iniciativa de Madrid Babel también ha dejado el vicio. En este caso no se trata de un local sino de un grupo de personas de distintos países que se reúnen en un café los miércoles y en un pub los domingos. Durante sus reuniones nadie puede fumar en el establecimiento.

Aunque Madrid Babel vive desde hace una década, el destierro de las cajetillas se produjo hace año y medio. El motivo fue, según cuentaFran Rodríguez, director de la asociación, que «la gente de otros países no está acostumbrada a respirar humo en los locales públicos». El resultado es que ahora la afluencia es «un poco mayor, sobre todo personas de otros países» que «dejaban de venir y ahora han vuelto a acudir».

No sólo los no fumadores lo agradecen, «si algún fumador sale un momento a la puerta a fumar y vuelve nos dice que ellos están también encantados con la medida», confirma.

Mónica García, que se encuentra en «The Quiet Man», pub en el que se reúnen, es una española que actualmente vive en Edimburgo. Explica que allí «la gente respeta mucho a los no fumadores» ya que en Reino Unido está prohibido fumar en locales públicos desde 2007.

Al llegar a la barra, Chris, el camarero, recuerda que él trabajaba allí cuando introdujeron la norma. «Cuando cambiaron la gente decía lo mismo, que no se iba a respetar, y después de dos meses y unas cuantas miles de multas la gente está respetándolo».

Chris está acostumbrado a trabajar en ambientes con humo. Los domingos, día en que le sirve las copas a Madrid Babel, todo cambia. «La diferencia es que vienes después de trabajar y no te duele la cabeza, la ropa no huele, la piel tampoco, respiras mejor…», enumera.

Keith Plemons, estadounidense, cuenta que lleva seis semanas en España. «Por las mañanas cuando quiero desayunar casi no aguanto al tomar mi café y mi comida con tanto humo, no puedo disfrutar de ella», alega. En EEUU la sociedad es «bastante restrictiva» e, incluso, «la gente no fuma en la puerta» de los locales, «se alejan unos metros para hacerlo».

Italia, un espejo para España

El país que los asistentes más destacan para asegurar que la norma será positiva en España es Italia. La forma de vivir de sus habitantes es parecida a la de los españoles y su ley, conocida allí como «ley salvapulmones», también prohíbe los cigarros en los locales públicos desde enero del 2005.

Leonardo DiSanto estuvo viviendo en Roma y comenta que «fue positivo». «Yo dejé de fumartambién porque en invierno con dos grados bajo cero tenías que salir a fumar fuera», rememora. Pero, añade, «es mucho mejor ya que no hay humo y puedes ver a las personas que hay delante de ti».

También es italiana Dea Cavallaro, quien apunta otra ventaja. «Para quien lleva lentillas, no se le van a poner los ojos rojos y el cabello no va a oler a tabaco». Además, «si tu no fumas y estás en un lugar donde la gente fuma no vas a aprovechar totalmente la noche, después de una hora o dos no aguantas más».

Música sin «aditivos»

En la sala «Búho Real» escuchan música casi todas las noches. Pero los artistas que actúan en ella ven al público, no hay humo. Este local decidió que antes y durante las actuaciones no se encendiera ningún cigarro «los cantantes lo agradecen», asegura Darío, encargado del pub y fumador hasta hace unos años. Después de los conciertos sí se puede utilizar el mechero «porque si no se va todo el mundo», comenta.

El problema, en su opinión, es que los españoles «asocian ciertos momentos con el cigarrillo, y cuando lo dejas te das cuenta». Por ejemplo, «la cerveza». «¿Por qué la gente en el cine no fuma?», se pregunta; «porque lo tiene asimilado», responde él mismo.

La noche en que ELMUNDO.es visita el local actúa Mario San Miguel. Casi dos horas sobre el escenario en las que nadie hizo ademán siquiera de llevarse un veguero a los labios y durante las cuales la comunión con el público es total. El público sólo está pendiente de Miguel.

Ya en el camerino se confiesa. «Noto mucho el humo (cuando actúa en otros locales). Nunca he fumado y como no haya una buena ventilación… Pero no solamente lo noto yo como cantante, llegas a casa y te huele toda la ropa». En su opinión, «el fumador no lo nota tanto porque ha perdido el olfato pero al que no es fumador al día siguiente le da hasta «repelús» la ropa».

A los fumadores les plantea que «es importante saber lo que te estás haciendo y lo que estás haciendo a otras personas que pasaban por ahí». Además, «partiendo de la base de que cada uno elige libremente los lugares donde quiere ir, desde luego en los sitios donde no se fuma estás viendo lo mismo, bebiendo lo mismo y, sin embargo, no te estás metiendo toxinas».