Los medios de comunicación, en general, tanto los más tradicionales como los más modernos, así como las redes sociales más relevantes como Facebook o Twitter, han amanecido hoy con la noticia de que, entre otras cosas, el candidato del PSOE a la Presidencia del Gobierno pretende incluir la teórica adicción a los videojuegos dentro del nuevo Plan Nacional sobre Drogas, donde se los cataloga como “adicciones sin sustancia”, al mismo nivel que la ludopatía pero con las nuevas tecnologías. Citando al programa del PSOE y de su candidato a la presidencia, Alfredo Pérez Rubalcaba (pág. 90): «Se ampliarán las competencias del Plan Nacional sobre Drogas, a fin de poder abordar el reto de las adicciones sin sustancia (ludopatía, nuevas tecnologías, la red, videojuegos, etc)».

Los videojuegos, que ya fueron considerados Bien de Interés Cultural por el actual Gobierno de Zapatero, y que en España mueven más millones que las industrias del cine y la música juntas, quedan marginados en el nuevo plan de Rubalcaba. Desgraciadamente, ésta es la única mención a los videojuegos que aparece en el recién publicado programa electoral del PSOE. El ocio electrónico y digital no aparece en otras secciones donde tendría una cabida mucho más lógica y razonable, adaptada al año 2012 que estamos a punto de abordar, como en la de «Cultura y contenidos digitales», y no como el demonio que han querido hacernos ver desde los medios todos estos años.

Sin desmerecer la labor centenaria del arte de la fotografía, pues la practico a nivel aficionado me llama la atención que la única mención a nuestra industria del videojuego sea en términos negativos y comparándolos con las drogas, mientras que se crearía un Centro Nacional de Fotografía y Artes Audiovisuales. Económicamente hablando, estoy seguro de que la fotografía nos ayudará a salir de la crisis mucho antes que los videojuegos (que insisto, factura más millones de euros que el cine y la música… juntos, pero parece que eso no es relevante).

Es llamativo que en un país como España, que está asolado por el paro y las manifestaciones por un cambio político están a la orden del día, todavía nos centremos en cuestiones banales como la demostrada inexistencia de la adicción a los videojuegos, que es comúnmente denominada ludopatía, y que, sin embargo, suele servir para curar enfermedades, no para generarlas. Y no lo digo yo, también Eduard Punset, que de esto sabe un rato, defiende a los videojuegos en lugar de atacarlos.

En vez de apostar por un sector claramente rentable, adaptarse a las necesidades del español del Siglo XXI, de luchar por salir de la crisis por nuevas vías, con métodos alternativos a los utilizados hasta ahora y que nos han traído a donde estamos o invertir en cultura para generar riqueza y empleo; el PSOE pretende demonizar a los videojuegos, como cuando en siglos pasados se mató a Giordano Bruno por afirmar que el Sol era una estrella más del Universo.

En cambio, ahí siguen cadenas de televisión como Telecinco, por ejemplo, atontando cada día más a nuestra sociedad con contenidos de dudosa calidad y manteniendo a millones de telespectadores frente al televisor decenas de horas al día. Claro que la televisión es una maravillosa herramienta de manipulación y lavado de cerebros, y ahí no conviene meter mano no vaya a ser que la gente la apague y se ponga a pensar.

Como diría nuestro querido Galileo Galilei, con su frase que según la tradición pronunció después de abjurar de la visión heliocéntrica del mundo ante el tribunal de la Santa Inqusición: “Eppur si muove”.

Y sin embargo, se mueve.