Redacción-
El portal de noticias y contenido sobre drogas LasDrogas.info, realizo el pasado jueves la primera Jornada de LasDrogas.Info – Salas de Consumo Supervisado: Retos y Oportunidades, sobre salas de consumo supervisado con expertas de contextos muy diversos. En la jornada se apostó unánimemente por este método como una forma eficaz y con evidencia de salvar vidas y vincular a las personas que usan drogas a servicios de salud.
Para quien no sepa que son las salas de consumo supervisado, son salas donde las personas consumen drogas ilegales, con supervisión de una enfermera que en caso de sobredosis u otras posibles problemáticas interviene para preservar la salud de las personas que utilizan el servicio. Las principales drogas para las que están preparadas las salas de consumo, son drogas que se consumen por vía inyectada o fumada, como la heroína o la cocaína, pero como mencionó Ester Aranda, el mercado ilícito de drogas provoca que las personas que utilizan drogas no saben realmente que están consumiendo si no lo han analizado previamente, por lo tanto, es muy difícil encorsetar las salas de consumo a dos o tres substancias. Aparte de la zona de consumo, las suelen estar equipadas con muchos más servicios, como duchas, comida, psicólogos, trabajadores sociales, etc. Las experiencias son muy diversas dependiendo de cada centro, pero todos los ponentes recalcaron la necesidad de su existencia, como un paso en la dirección correcta, aunque aún quedaran muchos más pasos por realizar.
Las jornadas fueron presentadas por Xavier Ferrer Pérez, director técnico de la Fundación Salud y Comunidad, a la que pertenece el proyecto de LasDrogas.Info del cual también es director. Xavier aprovechó sus minutos para recordar la trayectoria de las salas de consumo, y la importancia que suponen en pro de una mirada menos moralista del consumo de drogas. También por Joan Ramon Villalbí como Delegado del Gobierno para el Plan Nacional Sobre Drogas, financiadores del proyecto LasDrogas.info, hizo hincapié en el ejemplo internacional que son las salas de consumo en España y su evolución. Finalmente, en la ronda de inauguración de las Jornadas habló Ana I. Ibar Fañanás en substitución de Joan Colom. Anna habló como psicóloga, Jefa de área de proyectos y recursos en prevención y reducción de daños de la Subdirección General de Adicciones, VIH, Infecciones de Transmisión Sexual y Hepatitis Víricas de la Generalitat de Cataluña, y en su ponencia repaso la evolución de la mirada hacia las personas que usan drogas que han supuesto estos servicios, como por ejemplo teniendo en cuenta objetivos más diversos que la abstinencia. Como reto Ana I. Ibar Fñanás, señalaba la necesidad de incorporar más y mejor la voz y la opinión de las personas que utilizan estas salas.
Seguidamente, tuvo lugar la ponencia de Josep Rovira Guardiola, Espacios para el consumo supervisado. Lecciones aprendidas y retos de futuro. Josep Rovira es director del Área de drogas y salud de la Asociación Bienestar y Desarrollo, que incluye numerosos servicios ambulatorios de tratamiento, servicios de reducción de daños con salas de consumo supervisado de drogas y servicios residenciales para personas sin hogar y problemática de adicción. Así también servicios de prevención con especial actuación en la reducción de riesgos y daños en contextos de consumo recreativo de drogas, como es el programa Energy Control que incorpora el análisis de substancias entre sus actuaciones. Josep, que actuó una ponencia alrededor de los motivos que originaron la creación de estas salas de consumo supervisado en sus origines, qué objetivo tienen, y la evidencia que las apoya. Marta Saiz, periodista vinculada a LasDrogas.Info, realizó el acompañamiento a la ponencia.
Para Josep Rovira Guardiola, el motor de que aparecieran estos servicios en España fue el tema de la heroína en la segunda mitad de los años 70. No porque no fueran necesarias antes de ese fenómeno, sino porque a veces son necesarias crisis de envergadura para producir cambios substanciales en paradigmas culturales y legislativos, como los que acompañaban las drogas en ese momento. Finalmente, Josep defendió que estos recursos suponen un medio eficaz para llegar a poblaciones altamente marginadas y sostener su contacto, además de reducir significativamente las sobredosis fatales y la proliferación del VIH o la hepatitis, gracias al intercambio de agujas. Las salas de consumo, además, reducen el consumo en él espació público y generan un aumento en el número de personas que ingresan por tratamiento.
En el marco de los retos, Josep Rovira resalto la necesidad de incorporar la justicia social en el modelo de salud pública y de los recursos de Rducción de Daños con por ejemplo recursos habitaciones específicos que estén adaptados para la población consumidora, como el proyecto housing first, que plantea la vivienda como el punto de partida básico necesario para poder después trabajar cualquier cosa. También comenta la necesidad de tener recursos más tolerantes con el consumo de alcohol y más inclusivos con las mujeres, la comunidad LGTBIQ+ y las personas racializadas. Y por último, señala la necesidad de ampliar los horarios de atención, añadiendo más horario en la noche, comprendiendo que gran parte de las personas que usan el recurso se encuentran en una situación de sin techo.
Después de la intervención de Josp Rovira, llegó la mesa de experiencias y buenas prácticas, donde contamos con varios proyectos relacionados con las salas de consumo. Primero hablo Ester Aranda de ABD y que participa también en UNAD, que explico de forma muy exhaustiva que es una sala de consumo, que podemos encontrar en ella, qué consumos se realizan en ellos etc. Al final de la intervención abordó los retos que salieron del análisis comunitario que se hizo el año pasado con el proyecto UNAD. En él se comentó como las salas siguen sin ser espacios seguros para muchas personas, como demuestran todos esos consumos que se actúan fuera de las salas en sus proximidades, en definitiva persona que prefieren consumir en la calle que en las salas. Del análisis efectuado con UNAD salieron varias respuestas a ello. Por un lado, estamos ofreciendo unos espacios bastante asistencia listas, que pueden incomodar. También las salas necesitan seguir mejorando en la inclusión de mujeres, comunidad LGTBIQ+, y salir de la correlación de usuarios y máxima marginalidad, «las salas de consumo tendrían que ser recursos disponibles para una parte mucho más amplia de la población». Finalmente, resalta que no hay suficientes recursos para abordar la situación actual, y que esto fomenta la sobresaturación de servicios. Para Aranda «Servicios sobresaturados es violencia»
Roberto Pérez Gayo fue el siguiente en compartir su trabajo desde Correlation la red europea de reducción de daños. En su intervención hizo un repaso sobre el estado de las salas de consumo supervisado en Europa debido a que Correlation acompaña la creación de las salas por toda Europa. Para compartir los conocimientos generados por Correlation compartió los recursos que utilizan para acompañar la creación y la evolución de este tipo de salas y otras metodologías de reducción de daños. Por ello compartió diversos documentos de interés publicados por la entidad e informes de recopilación de datos. Roberto reiteró la idea de seguir ampliando la mirada de género para hacer los espacios de consumo más inclusivos, y abrir la mirada para no solo abordar esto desde espacios altamente medicalizados y que también entremos a los propios recursos que ya se usan. Roberto aprovecha para visibilizar algunos de los cambios que se están llevando a cabo actualmente en algunas salas de consumo para dar respuesta a algunos de los retos a los que se enfrentan. Por ejemplo, la ampliación de horarios, la atención diversificada por temas generacionales, la inyección asistida que atrae a todo un público que por diferentes características no se puede inyectar a sí misma, o los espacios de análisis de drogas que dan la oportunidad de conocer la composición de lo que se va a consumir y prevenir riesgos a las personas que las consumen además de generar un mapeo de la situación de aculturación de las substancias en una zona. En definitiva, hay que caminar hacia modelos comunitarios de justicia sociales capaces de entender las realidades y apoyar el liderazgo y el conocimiento de las personas que utilizan drogas.
María de Lourdes Angulo Corral fue la siguiente experiencia de la mesa, que nos habló de la trayectoria de La Sala, una sala de consumo supervisado de Méxicali, México, en la zona fronteriza del norte con Estados Unidos. Ella es impulsora del primer sitio de consumo seguro de drogas inyectadas para mujeres en México y América Latina, y Cofundadora y directora de Integración Social Verter A.C. En su intervención relato las dificultades que tuvieron para abrir una sala de consumo, y con las trabas institucionales que se encontraron, entre estas dificultades les cerraron el local a los pocos meses de iniciar el servicio, pero su lucha y perseverancia consiguieron su abertura. La Sala es una sala de consumo pionera en México y que supone la primera experiencia exclusiva para mujeres en América Latina. Actualmente, también atienden algunos hombres cuando la sala está vacía, o si las personas que están usando autorizan que entre un hombre a consumir. Lourdes relata la dificultad añadida que supone estar en la frontera donde los consumos son más altos, y la presencia del fentanilo está creciente. Por las políticas de drogas del país está penalizada la obtención de naloxona, y como entidad han de buscar formas alternativas con voluntarios que hacen donaciones para poder contar con este fármaco que sirve para revertir sobredosis. Otro factor de relevancia del servicio es el análisis de drogas, que les está ayudando a salvar vidas y a monitorear la entrada de fentanilo a la ciudad. La labor de Lourdes y de La Sala en general, es una labor de trabajo muy activista, los fondos son muy limitados, ya que la administración pública no subvenciona este tipo de servicios. Fue una experiencia de resistencia ante las instituciones, y de trabajo conjunto entre usuarios y trabajadoras para seguir manteniendo un servicio que salva vidas.
Y por último, las jornadas fueron cerradas por Ana y Maria del Proyecto Metzineres de Barcelona, un proyecto de acompañamiento a mujeres y otras disidencias de género que usan drogas. Este programa pionero, que centra uno de sus ejes en el trabajo horizontal entre usuarias y profesionales, está teniendo un gran reconocimiento internacional. Las participantes hablaron de muchas de sus diferencias con otros espacios de consumo. Reflejaron lo necesario y seguro que se siente un espacio solo para ellas, muchas de ellas relatan que vienen de sufrir violencias en las salas de consumo mixtas de la ciudad. Algunas de las características principales del servicio, es la no expulsión del espacio por conductas indeseables para el proyecto, se busca hacer otro acompañamiento y enfoque hacia estas acciones desde una lógica no punitivista. También resaltaron que el espacio de consumo inyectado no tiene límite de tiempo, y que está cuidado y decorado para hacerlo acogedor, lo llaman el “tocador” y ahí pueden estar el tiempo que necesiten. Otra curiosidad es que él a sala de consumo fumado se encuentra en el exterior. Todas estas iniciativas se enmarcan en la propuesta que realizaba tanto Ester Aranda como Roberto Pérez Gayo sobre desmedicalizar los servicios, hacerlos más humanos y diseñarlos conjuntamente con las personas que los usan.
Definitivamente, fue una jornada muy interesante donde pudimos defender estos espacios, como espacios necesarios que salvan vidas y mueven el trabajo enfocado a las drogas hacia caminos menos moralistas. Y también poder observar esos retos, muchos de ellos vinculados a la accesibilidad y la humanización de los servicios, y ejemplos de cómo llevar esto a cabo.