La ley antitabaco que entra en vigor el próximo 1 de enero prohibía toda forma de publicidad y patrocinio de las tabaqueras antes de su trámite en el Senado. Así lo había previsto el Gobierno y el Congreso, de acuerdo a una directiva europea que había que trasladar a la legislación española y al convenio marco internacional firmado por España. Sin embargo, ERC (a través de Entesa, grupo parlamentario del Senado formado además por IU, ICV, PSC) y CiU lograron en el último momento del pleno de la Cámara Alta aprobar por unanimidad una moratoria de tres años en lo que se refiere a la publicidad de las marcas del tabaco en «los equipos participantes en competiciones y eventos deportivos de motor con efectos transfronterizos». Los cigarrillos podrán seguir apareciendo durante tres años en coches, motos y vestuario de los pilotos, pero no en la publicidad estática de los circuitos y tampoco podrán realizar patrocinios.

La aprobación de la modificación fue acogida con decepción y malestar por el portavoz del PSOE, Juan José Palacios. Hasta en cuatro ocasiones se negó a contestar las preguntas de los periodistas que le pedían una razón por la cual el Grupo Socialista había cambiado de opinión, tras rechazar en todos los tramites parlamentarios anteriores en las dos cámaras esta posibilidad. «Sin comentarios», «sin comentarios», fueron las únicas razones que esgrimió. Fuera de los micrófonos se refirió a su profesión de médico para expresar su malestar con la medida, aunque no quiso entrar en más valoraciones porque votó a favor del cambio pese a estar, moralmente, en contra.

La explicación, en los contratos

Pero esta modificación también fue aceptada por el PP y por el resto de grupos. El PP había hecho como el PSOE en el Congreso, aunque en la Comisión de Sanidad había cambiado y apoyado a las dos formaciones nacionalistas catalanas para ofrecer una moratoria de un año. Ayer dio un paso más y aceptó hasta tres. La explicación que ofreció su senadora Carmen Aragón fue que «estamos ante una realidad».

Quién si explicó las razones de este cambio político fue el portavoz de Entesa, Ramón Espasa: «La prohibición inmediata (así estaba indicado en la versión original del proyecto de ley) podía acarrear la ruptura de contratos en todos los circuitos españoles. Para evitar esta posible denuncia de los acuerdos hemos hecho este alargamiento». Espasa mencionó los nombres de los circuitos de Montmeló y Cheste para justificar la medida. Este portavoz, que milita en el Partido de los Socialistas de Cataluña (PSC), también se refirió a su condición de médico para asegurar que «sanitariamente no es bueno». Sin embargo, como hizo Palacios, también votó a favor pese a afirmar que «es malo que los grandes líderes del automovilismo lleven publicidad».

El sí del Senado a la publicidad puede ser rechazado en pocos días en el Congreso, a donde vuelve el proyecto de ley antitabaco para su aprobación definitiva. Pero de momento queda aprobada la publicidad del tabaco en los deportes de motor durante tres años en su «vestuario, complementos, instrumentos, equipamientos, prototipos y/o vehículos», que no el patrocinio. Sin embargo, el mundo del automovilismo ya había iniciado su transformación para cumplir con la directiva europea y eso ha tenido consecuencias en España. Por ejemplo, el equipo del motociclista Sito Pons ha renunciado al patrocinio de una marca de tabaco, mientras que los equipos de Fórmula 1 McLaren, Renault y Ferrari ya han abandonado los de otras tres firmas.

El PP logra los tratamientos médicos

Pero el Congreso no sólo puede rechazar esta modificación, aunque vista la unanimidad sobre su aprobación parece difícil. Lo que es casi seguro que cambiará será que la sanidad pública diagnóstique, dé consejo médico y ofrezca tratamientos para dejar de fumar, y eso afecta a 13 millones de fumadores. El PP logró con el apoyo de CiU que se financien los medicamentos para dejar el tabaco (parches, chicles y fármacos), aunque, pese a la contradicción, no consiguió que éstos se incorporen a los grupos de principios activos que financia la seguridad social.

El portavoz socialista insistió en que no hay certeza científica de sus efectos, a lo que la senadora del PP le replicó que hasta la Agencia Española del Medicamento había corroborado su eficacia. Palacios aseguró que de aceptar su financiación, las comunidades autónomas podrían enfrentarse a un coste de 3.000 millones de euros, aunque después no pudo explicar en qué estaba basado semejante cálculo y se limitó a indicar que así se lo habían dicho en el Ministerio de Sanidad.

«Chantaje» desde PSOE y Entesa

El PP sólo cuenta con el apoyo claro de CiU para cuando el proyecto parlamentario llegue en pocos días al Congreso. El PSOE ya ha anunciado que votará en contra, por lo que con los votos de sus tradicionales socios (ERC e IU, que tampoco suscribieron la financiación de los fármacos) la modificación sería rechazada en el Congreso. La senadora popular Carmen Aragón aseguró en el transcurso del pleno que «hemos tenido la sensación de que se nos ha planteado un chantaje desde Entesa y el PSOE». Hacía referencia a «sugerencias» que les llegaron desde ambos grupos parlamentarios. Por ejemplo, Entesa les pedía que aceptasen que la moratoria de 18 meses aprobada por el Senado para que bares y restaurantes de más de 100 metros cuadrados puedan adaptarse para tener salas de fumadores se convirtiese en una de 12. «Mejor 12 que 8», recordaba España al PP, en referencia a que cuando el proyecto sea debatido en el Congreso ese cambio puede dejar de tener efecto.

Fumar en el trabajo, imposible

El Senado ratificó ayer lo que era una evidencia a gritos desde el principio de la tramitación parlamentaria de la ley: no habrá salas para fumadores en las empresas, sólo podrá fumarse en sus espacios al aire libre o en la calle. Ayer volvió a constatarse, por quinta vez. PSOE y PP unieron sus votos frente a los partidos nacionalistas e IU. Este punto no podrá ser modificado en el Congreso, ya que esta Cámara sólo puede cambiar del proyecto de ley lo que se ha incorporado en el Senado, y aquí no ha habido cambio alguno.

El PP ha sido el partido que más modificaciones ha introducido en el Senado debido a la diferente mayoría que frente al Congreso lo rige. Ayer, Carmen Aragón acusó a PSOE y a Entesa de hablar sólo del «consenso en el que ellos están de acuerdo», y volvió a pedir que ese apoyo que dice el Gobierno que da al Senado se haga real y no se modifique la decisión de esta Cámara.