El tabaco generó en 2008 un sobrecoste sanitario y social de 433 euros por ciudadano, lo que supuso un coste total de 16.474 millones de euros, según datos del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT), del que forman parte más de cuarenta entidades científicas y profesionales del ámbito sanitario.

Y como ha denunciado el comité, “este formidable coste no lo pagan solo los fumadores, sino todos los españoles en la medida que repercute en los impuestos y en los precios de los bienes y servicios”. Por ello, el CNPT propone “un incremento de la fiscalidad del tabaco a fin de desincentivar el consumo y contribuir a compensar este sobrecoste”.

Asimismo, el CNPT ha estimado que los costes sanitarios directos de las cinco enfermedades más frecuentes asociadas al consumo de tabaco suman actualmente en España un coste superior a los 7.700 millones de euros anuales. El comité ha desglosado las enfermedades más costosas para la sanidad, estando en primer lugar el infarto de miocardio, con casi 3.650 millones de euros, seguida de cerca por la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), cuyo gasto sanitario supera los 2.900 millones de euros anuales.

Incremento fiscal

De la misma manera, el comité también ha evaluado las pérdidas que ocasionan los empleados fumadores a los empresarios, señalando que el tabaco entrañó un “dispendio” de 8.780 millones para las empresas españolas. En consecuencia, el CNPT aboga por “la aplicación estricta de la prohibición de fumar en los centros de trabajo, ya que se reduciría en un tercio este coste durante los próximos 10 años”.

Para afrontar este gasto, el comité justifica un incremento “significativo” de los impuestos especiales que “supondrían una recaudación en torno a 8.000 millones de euros anuales. Es responsabilidad de un estado democrático desincentivar por todos los medios posibles el consumo de un producto que genera tanta enfermedad, mortalidad, gasto sanitario y coste social”.

Para llevar a cabo este aumento de la fiscalidad del tabaco, los expertos del comité proponen que se haga de una manera “lineal”, de modo que se suba el precio de todas las marcas, especialmente de las más baratas.