Los efectos negativos del tabaquismo pasivo parecen afectar más a las niñas que a los niños, sobre todo si, además, presentan más sensibilidad alérgica, según un estudio de la Universidad de Cincinnati, en Estados Unidos, y cuyos resultados se han publicado en la revista Pediatric Allergy and Immunology.

Dicho estudio revela que los menores expuestos al humo del tabaco que, además, presentan sensibilidad alérgica en sus dos primeros años de vida tienen más riesgo de deterioro de la función pulmonar años más tarde, a los siete años, en comparación con aquellos que no tienen alergia. Además, la función pulmonar en las niñas se vio seis veces más afectada que la de los niños que estuvieron expuestos a niveles similares de humo y presentaban la misma sensibilización a alergenos.

Los investigadores examinaron una población de 476 niños del área metropolitana de Cincinnati, que fueron seleccionados por su historial alérgico. A todos ellos se les fueron tomando muestras de cabello a los 2 y 4 años para medir las concentraciones medias de cotinina, metabolito de la nicotina que se utiliza para medir la exposición al tabaco.

Asimismo, cada año fueron sometidos a pruebas cutáneas de alergia (todos los niños tenían precedentes alérgicos en al menos uno de sus progenitores), respondieron a cuestionarios sobre síntomas alérgicos y sobre el ambiente al que estaban sometidos en casa y en la escuela y, a los 7 años, se les midió la función pulmonar y se sometieron a pruebas para el diagnóstico de asma.

«Nuestro estudio muestra que el momento de la sensibilización alérgica es crucial porque los niños que son sensibles a los 2 años son más propensos a sufrir déficits pulmonares durante la infancia como fruto de la exposición al humo de segunda mano», señala Kelly Brunst, autora del estudio, que apunta que esta asociación «no se observó a los cuatro o siete años».

Pediatric Allergy and Immunology (2012); doi: 10.1111/j.1399-3038.2012.01292.x