Un trabajo publicado en el “British Medical Journal” concluye que las personas no fumadoras expuestas elevados niveles de humo del tabaco en el ambiente presentan un riesgo un 44% más elevado de desarrollar deterioro cognitivo.

Algunos estudios anteriores han identificado el tabaquismo activo como factor de riesgo de deterioro cognitivo y demencia. Sin embargo, este es el primer estudio que lo relaciona con el tabaquismo pasivo.

Los autores tomaron muestras de saliva de casi 5.000 adultos no fumadores de alrededor de 50 años de edad. En las muestras midieron los niveles de cotinina –subproducto de la nicotina-, e intorrogaron a los participantes acerca de su historia de tabaquismo.

También fueron sometidos a varios tests neuropsicológicos para evaluar aspectos como la memoria verbal, el cálculo numérico, la orientación temporal y la fluidez verbal.

Los resultados concluyen que la exposición al humo del tabaco se relaciona con mayores probabilidades de desarrollar deterioro cognitivo, demencia incluida. “Nuestros datos sugieren que inhalar el humo del tabaco que fuman otras personas puede dañar al cerebro, empeorar funciones cognitivas como la memoria e incrementar el riesgo de demencia. Dado que el tabaquismo pasivo está también asociado a otros problemas de salud graves, como la enfermedad cardíaca y el ictus, los fumadores deberían evitar fumar cerca de los no fumadores. Nuestros hallazgos también apoyan la prohibición del consumo de tabaco en lugares públicos”, escriben.