La Asociación Libres del Alcohol de Málaga, Alama, lleva poco tiempo de andadura pero pisa y apuesta fuerte. Se fundó el pasado 8 de abril y cuenta en tan sólo un mes con 120 socios. Ya atienden a cerca de 140 personas en las diferentes terapias, indica su presidente Baldomero Villanueva.

¿Quiénes forman Alama?

Somos un grupo de rehabilitados de alcohol y otras drogas así como familiares que buscamos ayudar a todo aquel que lo necesite, sea socio o no, en cualquier tipo de problema de adicción. Somos un grupo de personas que antes pertenecíamos a otra asociación y que al no sentirnos útiles decidimos fundar una nueva con unas características distintas.

¿Qué ofrecen?

Terapias grupales, asistencia médica y psicológica. Tenemos a dos médicos y dos psicólogos que trabajan con nosotros de manera altruista. Ahora mismo no contamos con local definitivo, que sería de hecho lo que nos hace falta. Al ser una pequeña asociación sin ánimo de lucro nos mantenemos con las aportaciones de los socios, que además son unas cuotas pequeñas. Estamos intentando conseguir ayudas para poder alquilar o comprar un inmueble. Ahora desarrollamos nuestra actividad en locales que nos ha prestado el Área de Participación y en un instituto que también nos ha cedido sus instalaciones.

Habla de que tienen unas características distintas…

Buscamos el tratamiento de las personas no sólo en su adicción al alcohol. Se da la circunstancia de que hoy día las adicciones van unidas y es común consumir alcohol y cocaína o alcohol y benzodiazepina u otras sustancias, con lo cual son tratamientos distintos. Nuestra actuación va a ir dirigida además a la prevención, la desintoxicación, la rehabilitación y la reinserción social de las personas adictas.

¿Cómo ve hoy día la realidad, ha habido un aumento del consumo del alcohol?

Aunque las estadísticas de las autoridades sanitarias hablan de bajadas del consumo del alcohol, hay que destacar que la mezcla de alcohol y otras sustancias provocan unos problemas específicos donde el daño físico y psicológico es mayor. Se banaliza mucho con el mundo del botellón, donde las autoridades sólo cuidan que no haya ruido sin pensar en los daños que se producen en la población.

¿Qué tipo de daños?

Se trata del denominado fenómeno big drink, beber mucho en poco tiempo. Si beber a largo plazo supone daños hepáticos y digestivos graves, con este nuevo sistema se acentúan, sobre todo los cerebrales, que llegan antes. Queremos actuar sobre los jóvenes.

¿Qué otras realidades se están dando en la sociedad?

Vemos matrimonios que se separan por culpa del alcohol, lo que lleva a personas de 40 ó 50 años a volver a casa de sus padres, que ya son mayores y que además no saben ni están preparados para enfrentarse a la situación. Tenemos terapias específicas para estos padres. También queremos trabajar en el maltrato, ya que gran número de actos violentos están mezclados con el alcohol o el consumo de drogas. Por otra parte, queremos estar ahí donde la sanidad no llega, en las recaídas de los enfermos que han dejado el tratamiento.

¿Qué visión existe en la sociedad del alcohólico?

El alcohólico no es un vicioso. El alcoholismo está reconocido como una enfermedad en el epígrafe 303 del glosario de enfermedades de la Organización Mundial de la Salud, pero aún así no se nos trata como enfermos a la hora de una baja, sino que por el contrario es motivo de despido. Habría que modificar el articulado. Es una enfermedad común y, sin embargo, una gran desconocida para la gente de la calle. Aquella persona que quiera acercarse a conocernos o requiera más información puede ponerse en contacto con nosotros en el 658 87 11 06 ó en el correo electrónico [email protected]