«El cigarrillo electrónico es una moda. No sabemos si ha llegado para quedarse o no». Sobre esa moda importada de los países anglosajones habló ayer Javier Ayesa (Bilbao, 1958), profesor titular de Farmacología de la Universidad de Cantabria, además de presidente de la Sociedad Española de Especialistas en Tabaquismo, en el marco de unas jornadas organizadas por la Red Asturiana de Centros Sanitarios Libres de Tabaco. Una serie de ponencias en las que el director general de Salud Pública del Principado, Julio Bruno, explicó que la edad media de inicio de consumo de cigarros se sitúa en los 13 años y medio y que los jóvenes constituyen el sector en los que menos ha funcionado la ley antitabaco.

¿En qué punto están las vacunas para dejar de fumar?

– Es una vía muerta. Hasta ahora, no han demostrado ninguna eficacia.

¿Y los cigarrillos electrónicos?

– Es un tema muy importante porque desde 2010 el consumo se ha incrementado enormemente. Sobre todo, en Estados Unidos y Reino Unido, que han permitido un mercado absolutamente libre, con mucha promoción. Ha sido un fenómeno muy rápido y muy homogéneo en toda Europa y, en España, ha habido una especie de despegue vertical en el último año.

¿Qué problemas han planteado?

– Hay gente que lo utiliza para dejar de fumar. Hay informes anecdóticos de gente a la que le ha servido, pero lo que se necesita son estudios serios para ver si ayuda realmente. Pero, frente a eso, hay personas que, en vez de dejarlo, se quedan con ambos consumos.

¿Son o no tóxicos?

– Es cierto que, frente a fumar, probablemente sean mucho menos tóxicos, pero no son inocuos. A nivel vascular, hay una toxicidad que, si fuera un producto nuevo, lo haría inasumible y ni siquiera se podría aprobar. Ahora bien: hay que ver cuál es esa toxicidad.

¿Cuál es el problema?

– Que, para saber cuál es la toxicidad vascular, necesitas estudios de varios años de seguimiento. Y esa toxicidad se deriva, sobre todo, de la nicotina por vía inhalatoria. La nicotina fumada te da una descarga en la que todo el sistema cardiovascular sufre un shock. El típico de cuando te fumas un cigarrillo al uso. Es muy similar.

También le preocupan las estrategias de marketing.

– Es un mercado en el que han entrado a saco. Todas las industrias del tabaco se están metiendo con unas estrategias dirigidas a niños y adolescentes. Es decir: en vez de ser una vía de salida tiene pinta de ser una vía de entrada al tabaco. Si ves las promociones, el glamour que te venden en los anuncios, los colores… Ya hay estudios en que demuestran que el consumo de tabaco en niños sube. Y eso no es casual. Cuando empiezan, a los 13 años, han estado expuestos a todo esto. Por eso ahora la UE está intentando homogeneizar una regulación que sea acertada y que no se pueda esquivar. Lo ideal sería que fuesen regulados como productos del tabaco.

Algunas comunidades anuncian ya prohibiciones.

– Andalucía no permitirá fumar en centros educativos y sanitarios. Vale. Pero lo importante es lo que calla. ¿Y en los bares y lugares de ocio, sí? Existe la necesidad de crear titulares y que parezca que estás haciendo algo cuando gobiernas. Sobre todo, en crisis.