“La causa de que el consumo de tabaco aumentara en algo más del 1% durante el mes de febrero, está directamente relacionado con la bajada brutal de precios que se produjo ese mes, y confirma la clara asociación que hay entre coste del producto e impacto del tabaquismo”.

Así lo cree el presidente del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT), el doctor Rodrigo Córdoba, quien denuncia, por otra patre, que nuestro país se está convirtiendo “en el estanco de Europa”, hasta el punto, añade, de que “existen vuelos de compañías baratas concebidos prácticamente en exclusiva para adquirir tabaco en España”.

Para el presidente del CNPT –entidad que agrupa a 42 asociaciones profesionales y sociedades científicas, con presencia mayoritaria de médicos– esta situación “debería ruborizar a los responsables” y no ofrece otra alternativa, para acabar con ella, que “aumentar de forma significativa la fiscalidad” del tabaco.

Explica que el decreto ley aprobado en el Consejo de Ministros en febrero para hacer frente a la ‘guerra de precios’ de las tabaqueras, estableció un impuesto mínimo de 55 Euros por 1.000 cigarrillos. El CNPT considera que esto va en la “dirección correcta”. No obstante, y a tenor de la disposición de la industria tabaquera a sacrificar sus márgenes de ganancia para mantener estabilizados los precios al mismo nivel que tenían hace ahora un año, el doctor Rodrigo Córdoba cree que hay que continuar por esa rampa fiscal.

La propuesta del comité que presdie es un incremento del componente lineal del impuesto, de modo que las marcas más baratas cuesten al menos 2 euros. Para ello, este concepto, que ahora soporta un impuesto de 8,20 euros por cada 1.000 cigarrillos, debería subir hasta los 23 euros.

Lo más eficaz

Una vez que se ha reducido drásticamente la presión publicitaria, el alza del precio del tabaco es, a juicio del doctor Córdoba, “la medida aislada más eficaz para reducir el consumo, especialmente entre los adolescentes, que son, por otro lado, el objetivo preferente de la industria y seguramente una de las causas de la súbida última del consumo, puesto que entre la población adulta es evidente que hay un claro retroceso en cuanto a porcentaje de fumadores”.

La tesis que relaciona mayor precio con menor consumo está probada y cuantificada por instituciones internacionales, entre ellas el Banco Mundial. Y dice, recuerda el presidente del CNPT, que por cada 10% de incremento del precio final del tabaco, el consumo total se reduce un 4% de media en la población general y un 8% entre los menores.

Comenta, por otro lado, este médico que si el Gobierno no actúa con más decisión por miedo a que la subida de impuestos y precio del tabaco se note en el IPC, “debería valorar que el número de fumadores está descendiendo, y también que el tabaco no es un producto básico en la mayoría de economías domésticas, por lo que estaría justificado incluso retirarlo del índice”.

Puntos de venta

Por otro lado, la reciente recomendación del Defensor del Pueblo, Enrique Múgica, elevada al Ministerio de Economía y Hacienda, de que se levante la prohibición de vender tabaco para los comercios tradicionalmente dedicados a ello, en condiciones similares a las aprobadas para los quioscos de prensa, no ha sentado bien a los médicos españoles vinculados a lucha contra el tabaquismo.