La industria tabacalera española está en pie de guerra, ante los planes de la Comisión Europea de esconder las marcas en la cajetilla, ampliar el espacio con las advertencias sanitarias y prohibir tanto la exposición en los estancos como las máquinas expendedoras.

La intención de Bruselas

La dirección general de salud está elaborando ya un borrador y la intención de Bruselas, tal y como adelantó elEconomista el pasado 26 de diciembre, es que la directiva que regula el mercado del tabaco quede reformada antes de dos años.

Mesa del Tabaco

Los cultivadores, las empresas transformadoras, los estanqueros y los fabricantes de máquinas expendedoras han constituido la Mesa del Tabaco para advertir «con una sola voz» de los efectos «devastadores» de esta revisión de la normativa, que, según dicen, «amenaza a una actividad que en España genera 56.000 empleos y aporta al Estado 9.600 millones de euros en impuestos».

La introducción del empaquetado genérico supondría, a juicio de Juan Páramo, director general de la Asociación Empresarial del Tabaco (AET), una «clara expropiación» de la marca y un «atentado sin precedentes» a los derechos de propiedad intelectual, comunicación de marca y libertad de empresa y de competencia.

El golpe sería además especialmente duro para los fabricantes de máquinas expendedoras, ya que el tabaco representa actualmente el 40 por ciento de su facturación.