Con motivo del inicio del curso escolar, que en Francia comenzó el pasado 4 de septiembre, el Ministerio de Educación ha lanzado una ofensiva para erradicar las novatadas, las actitudes racistas o sexistas y la laxitud ante las drogas, entre otras conductas incívicas.

El Departamento ha editado 150.000 ejemplares de un manual titulado «Guía práctica para reaccionar ante la violencia en el medio escolar», que ha repartido entre los directores de los centros escolares.

Dicha guía subraya que los docentes tienen una «responsabilidad particular» a la hora de combatir las novatadas y asegura que el director debe denunciar esos comportamientos ante la Fiscalía.

La guía alerta también de manera particular ante «un fenómeno cada vez más extendido y banalizado por alumnos de establecimientos escolares, el «happy slapping», que consiste en golpear violentamente a un desconocido en la calle, el metro u otro lugar público mientras que una o varias personas graban la escena con un teléfono móvil. El vídeo es luego mostrado a otras personas y, a menudo, difundido en Internet por medio de blogs», lo que puede acabar con la condena penal de los autores si les consigue detener.

Otra guía editada el pasado agosto también por el Ministerio de Educación francés, en colaboración con los ministerios de Justicia y de Interior, insiste con toda clase de detalles en que no debe permitirse dentro de los colegios la menor apología del cannabis.

«En caso de que alguien porte camisetas, complementos o bisutería de fantasía (ejemplo: pendientes) representando una hoja de cannabis o cualquier otro mensaje o imagen que presente el consumo de drogas bajo una luz favorable, el director del centro debe en primer lugar hacer cesar la infracción, por ejemplo exigiendo al alumno en cuestión que se quite o se ponga hacia dentro la camiseta. A continuación, convocará a los padres a fin de explicarles la normativa y ponerles frente a sus responsabilidades. La policía o la gendarmería no será llamada salvo que el comportamiento delictivo persista», puntualiza la guía en un acceso final de lenidad.

La política de «mano dura» ante la violencia en las escuelas tiene a su primer defensor en el ministro del ramo, Gilles de Robien. En su discurso de apertura del curso escolar, el pasado 5 de septiembre, De Robien aseguró que «las conductas incívicas son ya violencia, una violencia a menudo verbal. Y cuando se está en el estadio de la violencia verbal, no se está lejos de la violencia física».