Fumar durante el embarazo aumenta el riesgo de sufrir enfermedades cardiacas durante la edad adulta, según un estudio realizado por el Instituto de Investigaciones Cardiológicas de la Universidad de Buenos Aires en Argentina que se ha hecho público durante el Congreso Mundial de Cardiología que se está celebrando en Barcelona estos días. Asimismo, este trabajo pone de manifiesto que el hábito del tabaquismo durante el periodo de gestación, provoca un incremento de la arteriosclerosis, lesiones en las arterias coronarias, en el feto o en el bebé recién nacido. «Los fetos y los niños de madres lactantes sufren un mayor riesgo de padecer arteriosclerosis», lo que podría conducir a enfermedades cardiacas, explicó el investigador del Instituto Municipal de Investigación Médica (IMIM) de Barcelona, Roberto Elosúa.

El hábito tabáquico afecta sobre manera, y con especial dureza, en el periodo del embarazo, y sus consecuencias se pueden manifestar en el feto o en el recién nacido. En una autopsia se evaluó 22 muertes fetales y 36 casos de muerte súbita en niño, y se trató de relacionarlo con el hecho de fumar durante la gestación. Los resultados han demostrado que el 48 por ciento de las madres eran fumadoras antes y después del embarazo. Asimismo, al 83 por ciento de los fetos y al 94 por ciento de los niños cuyas madres eran fumadoras, se les detectó lesiones en las arterias. Tan sólo en cinco casos se observaron lesiones arteriales en niños de madres no fumadoras. Por último, y a parte de las deformaciones en las paredes arteriales, se detectaron también alteraciones en la labiología molecular. Por lo tanto, con todo esto, con este trabajo se ha querido manifestar que la prevención de la arteriosclerosis desde la infancia puede evitar lesiones posteriores en la edad adulta.

En cualquier caso, Elosúa insistió en destacar que es «poco probable que el niño muriera por la complicación» que supone el hábito del tabaquismo moderno. No obstante, «es un hecho» que éste provoca defectos en el corazón del bebé, que «se manifestarán en la edad adulta».

Deporte y baile

Otro de los estudios presentados durante este congreso mundial, en este caso a cargo del doctor Hermes Ilarraza, del Instituto Nacional de Cardiología Ignacio Chávez de México, insiste en la importancia de la actividad física a través del baile y de la bicicleta estática para conseguir mejorar la calidad de vida de los enfermos del corazón.

En este caso, la ponencia, que gira entorno a la prevención que es uno de los ejes más importantes del congreso, celebra «los beneficios de la actividad física en enfermos del corazón están perfectamente establecidos».

Al respecto, Elosúa subrayó que «si todos los españoles anduvieran 30 minutos diarios se reducirían entre un 19 por ciento y por ciento los infartos agudos de miocardio. En concreto, de los 20.000 que se dan, «se evitarían 16.000», aseguró.

Lo beneficioso de andar, de forma «ágil pero que se pueda hablar con la persona de al lado», «está demostrada por los estudios», constató Elosúa, a la vez que señaló que «el grupo de más actividad es el formado por personas mayores de 65 años» y el de menos es el compuesto por personas de 35 a 55 años.