El investigador Jorge Marco aborda en ‘Paraísos en el infierno’ el consumo de drogas durante la guerra civil y el franquismo.

Los borrachos eran señalados con el dedo en la retaguardia republicana, despreciados por entregarse a los efluvios de Baco mientras los milicianos arriesgaban su vida en el frente. Tampoco gozaban de prestigio los falangistas que se ajustaban el correaje para pegar unos tiros y luego regresar a los bares de sus localidades a ponerse ciegos. La propaganda de ambos bandos durante la guerra civil censuró el consumo desmesurado de alcohol, si bien los defensores del Gobierno legítimo atacaron con mucha más dureza esa práctica, sobre todo si tenían edad militar y habían evitado el fragor de la guerra.

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