La financiación pública de los medicamentos para dejar de fumar aceleraría considerablemente el abandono del tabaquismo y no sería un freno para los potenciales interesados en abandonar este peligroso hábito. Así lo sostienen el 40,6% de los médicos de atención primaria consultados en una encuesta realizada a más de 3.000 facultativos de familia por la compañía biomédica Pfizer. «Es inexplicable y difícil de entender que las todas las comunidades autónomas y el Ministerio de Sanidad no incluyan la financiación de fármacos para dejar de fumar, ya que supondría un ahorro en gasto sanitario a medio y largo plazo y salvarían vidas humanas», sostiene el doctor Plácido Gascó, miembro del Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo (CNPT).

José Chaves, director médico del área cardiovascular de Pzifer, subrayó que la preocupación de los médicos por esta falta de financiación de los tratamientos para dejar de fumar «es una de las barreras con las que el facultativo se encuentra a la hora de intentar ayudar al paciente». «El mero hecho de dejar de fumar compensaría la financiación del tratamiento por el ahorro de costes futuro para el sistema sanitario. Sería una iniciativa enormemente rentable», arguyó por su parte Francisco García Pascual, director de Relaciones Profesionales de Pzifer.

Y es que, «el fumador es un enfermo, no un vicioso, y tiene el derecho a recibir la misma atención que otras patologías. Es una injusticia social que no se cubra la financiación del tratamiento antitabaco», indicó el doctor Eugeni Bruguera, especialista en Psiquiatría y jefe de la Unidad de Conductas Adictivas del Servicio de Psiquiatría del Hospital Valle de Hebrón.

Panorama «alentador»

La tesis del ahorro en costes a medio y largo plazo fue coincidente entre los comparecientes. Según cálculos de la OMS, entre el 6 y el 12% de los costes sanitarios de Europa son atribuibles al tabaquismo. Y en España, los gastos directos que producen las enfermedades vinculadas al tabaco ascienden a 6.870 millones de euros anuales, según el CNPT, lo que supone un 13,45% del gasto sanitario total. El doctor Chaves enfatizó que, a largo plazo, los costes de políticas de prevención, control y erradicación del tabaquismo supondrán una reducción considerable del gasto sanitario si se extiende la financiación pública de los tratamientos.

En cualquier caso, el estudio destaca que el panorama de financiación de los tratamientos es «alentador», ya que el porcentaje de CCAA que financian selectivamente estos tratamientos es superior al de las que no lo hacen. Madrid, Cataluña, Castilla-La Mancha, Andalucía, La Rioja, Navarra y Galicia sí costean estas terapias, mientras que Aragón, Comunidad Valenciana, Murcia e Islas Canarias están en proceso de hacerlo. Por el contrario, Asturias, Cantabria, País Vasco, Extremadura, Islas Baleares y Castilla y León aún no han asumido su financiación.

Problema menor

Llama poderosamente la atención en la encuesta que uno de cada cuatro médicos continúe pensando que fumar es un «estilo de vida» que genera un «problema menor» al paciente, a pesar de que la mayoría de los sondeados coincidan en que se trata de una enfermedad crónica adictiva. De hecho, la adicción y la dependencia de la nicotina es la principal barrera que se levanta a la hora de abandonar el hábito, según el 79% de los médicos de familia encuestados. Por detrás de la adicción, la poca motivación (75,5%) y la falta de fuerza de voluntad (56,2%) aparecen como otros de los principales inconvenientes a la hora de afrontar el abandono del tabaquismo.

El doctor Bruguera precisó que «fumar es una enfermedad crónica que conlleva una adicción física y psicológica a la nicotina, una sustancia tan adictiva como el resto de las drogas». «En cada calada -prosiguió–, llegan al organismo 4.000 sustancias diferentes, pero sólo la nicotina es la responsable de la adicción». De su peligrosidad da cuenta que el 91% de los médicos de atención primaria consideren que el tabaquismo es la conducta más dañina para la salud, muy por delante de la obesidad (3,6%) o el consumo de alcohol (2,9%). El tabaquismo es el factor de riesgo prioritario a tratar desde la consulta, muy cerca de la hipertensión y por delante de la obesidad.

Los expertos lamentaron que la «ley antitabaco» se haya «quedado corta», en palabras del doctor Chaves, máxime cuando está «desaprovechando la inercia» de otros países europeos en prohibir en todos los lugares públicos el consumo de cigarrillos, incluidos los establecimientos de hostelería.

Enfermedades

Varios de los comparecientes apostaron por la vareniclina como el actual tratamiento farmacológico de medicación oral más eficaz para superar la deshabituación del tabaco, toda vez que ha demostrado su éxito, junto con terapias conductuales, en el 72% de los pacientes a los tres meses de iniciar su abandono del tabaquismo. La novedad de este medicamento reside en que no sustituye a la nicotina, sino que actúa específicamente sobre los receptores de dicha sustancia en el cerebro.

Los datos oficiales indican que el 27% de la población española es fumadora. Los especialistas mantienen que en torno al 89% de las personas que fuman a diario prueban su primer cigarrillo antes de los 18 años y que éstos viven ocho menos que los que nunca han fumado. En nuestro país, la prevalencia más alta de fumadores se da en personas entre 25 y 44 años (un 36,15%). Los varones son los que más fuman, con un 40,19%, frente al 31,9% de mujeres fumadoras. El 48,92% de las personas declara no haber fumado nunca.

Según García Pascual, las evidencias permiten asegurar que fumar es causa y agravante de un gran número de enfermedades: al menos el 30% de las muertes por cáncer (el más frecuente, el de pulmón); el 80% de los pacientes con Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) son fumadores; y está relacionado con el 20% de las enfermedades coronarias y cardiovasculares.