Los estudiosos alertan de una nueva práctica de alto riesgo entre los jóvenes que se ha detectado ya en Gran Bretaña y podría extenderse a otros ambientes donde se practica el `clubbing´. Un estudio de la Universidad John Moores de Liverpool asegura que los anabolizantes -unas sustancias empleada en ambientes deportivos para aumentar la masa muscular- se están comenzando a extender en los ambientes nocturnos.

Los jóvenes, sobre todo «varones», según el responsable de este estudio, Jim McVeigh, recurren a esta sustancia para desarrollar su musculatura y «presentar un aspecto envidiable», aunque lo hacen poniendo en grave riesgo su salud.

Por una parte, comentaba McVeigh, los anabolizantes tienen consecuencias como «los cambios estéticos, un aumento de la agresividad y disfunciones sexuales» «aumentan el riesgo de sufrir un infarto cardíaco», pero si el uso de estos fármacos se combina con otras sustancias como la cocaína, la posibilidad de sufrir un percance «se disparan». McVeigh participó ayer en la Conferencia Internacional sobre Vida Recreativa Nocturna, Consumo de Drogas y Salud con una ponencia titulada `Hormonas sexuales y belleza corporal´.

Este experto considera que el uso de los anabolizantes en los ambientes nocturnos es un fenómeno «poco investigado» del que de momento se conocen «episodios anecdóticos». Esta sustancia llega desde el deporte de élite y los jóvenes la emplean para acelerar su desarrollo muscular y causar mayor impresión.

Todavía no se sabe qué incidencia puede tener su uso entre los jóvenes, aunque McVeigh cree que va «en aumento». Lo preocupante es que se combinan distintos tipos de fármacos, como «la hormona del crecimiento o los diuréticos» y se ha empezado a detectar el uso de otras drogas estimulantes (como la cocaína o el GBH) para contrarrestar sus efectos secundarios. De hecho, un estudio realizado en Liverpool confirmó que en un 20 por ciento de positivos por anabolizantes había presencia de cocaína.

McVeigh considera que se debe promocionar una manera «menos arriesgada y más saludable» de conseguir un cuerpo hipertrofiado.

Algo en la bebida

La tercera ponencia de ayer en el Club Health se centró en desmentir el mito de la bebida adulterada con drogas, muy extendido en los países anglosajones. El experto australiano David Calicott explicó que en un estudio realizado en los servicios de urgencias del Oeste del país se detectó que de 180 casos en los que había síntomas de adulteración sólo en cuatro se detectó éxtasis y en al menos dos ocasiones la ingesta había sido voluntaria.

En el resto de intoxicaciones se confirmó que los pacientes habían ingerido demasiado alcohol y superaban hasta cinco veces el máximo legal -0,5 ml de alcohol en sangre-. Calicott explicó que las atenciones a pacientes que aseguraban haber sido narcotizados -sobre todo mujeres- se disparaba en el país después de titulares de la prensa sensacionalista del estilo siguiente: «Una de cada cuatro bebidas tiene droga». Por eso abogó por una comunicación fluida entre médicos y periodistas.