Las noches de los fines de semana -para muchos jóvenes comienzan los jueves- son muy largas y los chavales quieren estar a la altura. Si ligan no quieren hacer el ridículo en la cama teniendo un gatillazo y han buscado la solución en el consumo de viagra -su uso está diseñado exclusivamente para quienes tienen disfunción eréctil-. Cada vez está más extendida esta práctica entre los jóvenes y las farmacias reciben cada fin de semana visitas de veinteañeros que incluso intentan comprar la pastillita «por si cae algo». Pero no es el único sitio en el que los chicos la piden. En los submundos de las drogas también se está haciendo un hueco.

Esta práctica está de moda entre los jóvenes fiesteros que «viven la sexualidad como una meta o para ver quién es el que más la practica», dice Antonio López, sexólogo y psicólogo. Por eso, hay chavales que se plantan en las farmacias a principios de la noche para comprarla porque «la noche es muy larga». Eso es lo que le dicen en ocasiones a Fátima Murillo, farmacéutica que trabaja de 22.00 a 8.00 horas los fines de semana en la farmacia Tallón Padial -calle Recogidas, próxima a una sala de fiestas-.

Drogas, sexo, alcohol… con viagra. Todo vale entre algunos jóvenes para que la fiesta no decaiga. Y algunos no saben que la ingesta de viagra -sildenafil- puede convertirse en una pesadilla para ellos. Van a tener gatillazo y además dolor de cabeza, de estómago, fotofobia… Son los efectos secundarios y el chico perderá la chispa por completo.

Eso no persuade a los jóvenes de asomarse cada fin de semana al mundo de la viagra. En la farmacia de calle Recogidas mientras que algunos clientes más maduros llegan con la receta para pedir la viagra hechos un manojo de nervios, a algunos chavales a las tres y las cinco de la madrugada se les olvidan todos los complejos -ayudados por las copas de más que llevan- y se lanzan a pedir viagra o cualquier otro producto parecido. Eso sí no saben si es cialis o levitra, sólo tienen claro para lo que lo quieren.

El amigo del amigo

La diferencia es que a los clientes con recomendación médica sí se le dispensa la pastillita, pero a los jóvenes que no la llevan no. Los farmacéuticos les recomiendan que vayan a su médico de cabecera o su urólogo. Pero ellos antes intentan inventarse todo lo posible para que se la vendan. «Un amigo que tiene una despedida de soltero me la ha encargado». «Me ha dicho un amigo que se la compre porque a él le da vergüenza»… A otros se les nota que van de cachondeo desde el primer momento y otros admiten que es para probar. Los picos más altos de venta y de solicitud de viagra entre jóvenes se registran los viernes y sábados por la noche y la «suelen pedir con bastante frecuencia». Los otros productos más demandados esas noches son los preservativos y la poscoital.

Las farmacias no son sin embargo el único sitio donde se pueden y intentar comprar. Los camellos que se mueven por discotecas… también están sacando tajada. Ya hay quien empieza a venderlas al igual que otros tipos de drogas. En este caso, alertan desde determinadas estancias que es necesario tener cuidado porque puede que en vez de viagra se vendan cualquier otra cosa.

Muchos de estos jóvenes que toman viagra no sufren disfunción eréctil, pero con el alcohol o «las comeduras de cabeza y el miedo a no llegar no funcionan». Desde el instituto de sexología Al-Andalus, Antonio López recuerda que esta pastilla es sólo para gente con problemas orgánicos y hay que ir al médico para que la recete. Insiste en que la viagra no es una receta mágica.

Para que funcione debe pasar entre una media hora o una hora. También debe haber una estimulación. Por eso, «tomársela al salir por la noche es una verdadera tontería». Eso no es todo. Después lo habitual es que el «pene esté cuatro horas erecto. Incluso puede darse una erección permanente y tener que ir al hospital».

Efectos fatídicos

Por otra parte, el alcohol por lo general dificulta la erección del pene y la viagra no se recomienda tomar si se ha consumido porque puede tener diferentes efectos secundarios. También está contraindicado si se es diabético, se tiene algún problema coronario, se está tomando algún medicamento contra el virus del Sida, entre otros casos. De ahí, la necesidad de que el médico haga con anterioridad un reconocimiento al que quiera tomarla. Así mismo, si se tiene realmente una disfunción eréctil -un problema orgánico- no se tienen erección en todo el día ni con nadie. Y no en determinadas situaciones sí y en determinadas situaciones no.

El consumo de viagra mezclado con sustancias puntuales en determinados organismo puede tener además unos efectos fatídicos. Es el caso del poppers -una droga- si se mezcla con viagra puede ser mortal.

El tema de la disfunción eréctil preocupa entre los jóvenes, pero «en muchas ocasiones es más un problema psicológico y social y de presión, que real». Existe mucha presión. No obstante, las necesidades y visiones de los chicos que van a una consulta como la del instituto Al-Andalus son diferentes a las que plantean muchos de los jóvenes fiesteros. Aún así en 2006 el 18% de las consultas que se realizaron se ocuparon de jóvenes que se preocupaban e interesaban por este asunto.

La visión coitocentrista de la relación sexual, el hacerse responsables de ser unos amantes perfectos que lleven al placer a sus parejas, el rol del espectador y la ingesta de drogas durante las relaciones son el caldo de cultivo para tener dificultades en las erecciones, según los sexólogos. Estos especialistas dan un consejo: «El primer paso es aprender a relajarse para poder disfrutar de la relación. Hay que erotizar todo el cuerpo».