El informe, presentado este miércoles en Bilbao por la directora  del instituto, Teresa Laespada, y el catedrático emérito de la  Universidad de Deusto, Javier Elzo, junto a la directora de Salud  Pública y Adicciones del Gobierno Vasco, Miren Dorronsoro,  es el  último de una serie iniciada hace 30 años. Este último, analiza la  evolución del consumo de drogas entre los escolares en las últimas  tres décadas.

Según Elzo y Laespada, entre las razones que han influido en un  menor consumo de drogas destacan las campañas de concienciación,  «que, a pesar de la aparente ineficacia son de gran importancia». Sus  efectos positivos se han podido apreciar en sustancias como el tabaco  o la conducción.

Laespada considera que el «valor» de este estudio radica «en el  análisis conjunto de los resultados obtenidos en diferentes años».  «De esta manera, hemos podido comparar las circunstancias que rodean  cada momento y hábitos que condicionan cada momento», ha dicho.

El estudio apunta a internet «como factor determinante del cambio  de hábitos sociales» y, más concretamente, a las redes sociales. «Hoy  en día los jóvenes mantienen cada vez más sus relaciones afectivas  por redes sociales, por lo que cada vez quedan menos en la calle, se  limitan a quedar el fin de semana. Este comportamiento ha provocado  un descenso en el consumo pero lo ha concentrado enormemente en fin  de semana», ha asegurado Laespada.

Los datos del estudio arrojan diferencias «sustanciales» entre  «sustancias y colectivos en las diferentes épocas», atribuidos,  principalmente, a «los valores éticos asociados a cada colectivo, así  como al cambio de hábitos sociales causados por las circunstancias  coyunturales».

Según las conclusiones del estudio, «existe una correlación  directa entre valores y consumo de drogas», ya que «cuanto peores  relaciones familiares o peores rendimientos escolares, mayores  consumos de drogas y al contrario».

Asimismo, han afirmado que se ha producido una polarización en la  actitudes con respecto al consumo de drogas, influenciado «en gran  medida» por la educación recibida en estos último treinta años, que  dan como resultado un colectivo «con mayores valores éticos que el de  hace 30 años, que rechaza más que nunca el consumo».

Sin embargo, dentro de este colectivo, un 10 por ciento  aproximadamente, se encuentra en riesgo de exclusión social,  «alarmantemente» expuesto al consumo abusivo», ya que  «aproximadamente la mitad de estos escolares acaba consumiendo  abusivamente, debido a la carencia de valores familiares, carencia de  éticos, iconos referenciales perjudiciales, rechazo escolar o  incapacidad educativa de los docentes».

Ante esta situación, Javier Elzo, ha manifestado la necesidad de  hacer un esfuerzo en educación especializada para este colectivo, que  puede carecer de agentes socializadores, como la familia, los amigos  o centros de enseñanza especializados requeridos en «multitud» de  casos. «Según un estudio americano, es más caro mantener en la cárcel  a una persona durante un año que pagarle un año Harvard,» ha  asegurado.

Elzo ha destacado el hecho de que «haya descendido es el consumo  moderado y se hayan radicalizado los extremos, es decir, los que lo  rechazan tajantemente han aumentado y lo que consumen abusivamente  consumen más».

Tras años de ascenso continuado de todas las sustancias, el el  último año se refleja una disminución del consumo, salvo en la  heroína y el éxtasis. «Algo se mueve en torno a la heroína y nos  preocupa enormente, aunque su consumo es menos perjudicial que en los  80 debido al rechazo de la vía intravenosa que causó tantas muertes y  miedo en Euskadi», ha afirmado. 

MAS PRECOCES Y AUMENTO EN MUJERES

Otra de la conclusiones del estudio, es la de que, como ya ocurrió  con el tabaco, la mujeres han aumentado su consumo debido a la  normalización en los hábitos de ocio, en contraposición con el  consumo masculino que estabiliza y reduce su consumo. «Está  ocurriendo en todo Europa, tal y como indica el estudio europeo  SPAD», han afirmado.

Asimismo, la edad media de inicio del consumo de cualquier tipo de  sustancias desciende, salvo en el tabaco que aumenta ligeramente. A  pesar de ello, según los datos del estudio, un cuarto de la población  escolar vasca es fumadora. De entre ese 25 por ciento consumidor de  tabaco, más de la mitad sostiene consumos frecuentes y diarios. «Lo  que pone de manifiesto la necesidad de incrementar la educación  preventiva en edades todavía más precoces», han añadido.

Por otra parte, Javier Elzo ha querido transmitir su preocupación  sobre el colectivo analizado y el descenso de la natalidad. «Tener un  hijo en España es una heroicidad». «No es posible que en a un español  le suponga la manutención su hijo un 30% del sueldo medio mientras a  un francés le suponga un 6%», ha concluido.