jerez. Un total de 357 personas acude diariamente a los cuatro puntos de dispensación de metadona, una sustancia opiácea que sustituye a la heroína, existentes en centros de salud de Jerez donde se ha implantado progresivamente el programa de salud y drogas, que facilita la prevención de las enfermedades infecciosas asociadas a las drogodependencias, tales como el sida o la hepatitis C, y la promoción de la salud entre este sector de la población, informó ayer la delegación provincial de Salud.El programa de administración de metadona se realiza en colaboración con el centro comarcal de Drogodependencias y el Ayuntamiento de Jerez, que facilita a través de la Policía Local el traslado y custodia del opiáceo que se emplea para tratar a las personas adictas a la heroína y reducir los riesgos sociales y sanitarios asociados a esta sustancia. También el Cuerpo Nacional de Policía colabora en la custodia de la sustancia.
El distrito de Atención Primaria de Jerez tiene previsto ampliar este programa sanitario a los centros de salud que todavía no lo ofrecen (San Benito, La Serrana, Montealegre y Madre Dios) para mejorar la accesibilidad a una serie de actividades que, aunque dirigidas a las personas adictas a la heroína, benefician al conjunto de la población ya que reducen los riesgos de transmisión de enfermedades infecciosas de difícil tratamiento.
El programa salud y drogas tiene como objetivos garantizar una atención integral de las enfermedades infecciosas, implementar las actividades de salud materno-infantil en los usuarios de drogas, y en la población materno-infantil, así como realizar prevención primaria y secundaria en los convivientes y contactos de este sector de la población.
El SAS explicó que el programa desarrolla también una importante labor educativa dirigida a modificar prácticas de riesgo y a la adquisición de hábitos de vida saludables por parte de los pacientes, en coordinación siempre con los equipos de profesionales de los centros de atención a las Drogodependencias.
En el programa participan médicos, enfermeras y trabajadores sociales de atención primaria, junto a profesionales pertenecientes a los diversos centros de drogodepencias, que realizan también un seguimiento de la población que recibe metadona, una sustancia alternativa a la heroína que se administra por vía oral, por lo que se reducen de forma drástica los riesgos para los consumidores de esa «droga dura» (solía consumirse mediante inyección en vena) que no pueden dejarlas por una razón un otra; y contrarresta los efectos producidos por la droga adquirida de forma ilegal y que, como demuestran las numerosas operaciones policiales, están adulteradas con otras sustancias que pueden ser nocivas.
Este programa terapéutico empezó a desarrollarse en la provincia en 1994 (época en la que heroína era la droga dura más extendida en la ciudad), recordó el SAS, y se ha ido extendiendo progresivamente a la mayor parte de los centros de la sanidad pública pues ha permitido atraer al sistema sanitario a una población de riesgo, transmisora de enfermedades graves como el sida, y que ahora reciben una asistencial sanitaria integral, agregó la delegación de Salud en un comunicado oficial.