La banalización del cannabis y sus supuestas bondades ha incrementado su consumo entre los jóvenes un 10 por ciento en ocho años, de modo que afecta al 22 por ciento de los chicos entre 14 y 18 años, que cada vez se acercan antes al «porro», según informó hoy la investigadora Remedios Comas. La también directora de la Asociación para el Tratamiento y la Investigación de las Conductas Adictivas destacó durante las I Jornadas sobre el Uso Recreativo de Drogas, que se celebra en la capital grancanaria, que el 6,5 por ciento de la población general consume cannabis.

En la actualidad la mitad de los jóvenes de 18 años ha probado el cannabis y el consumo se ha adelantado a los 14,9 años, por lo que los programas preventivos deben incidir sobre los niños de al menos 13 años, consideró.

Comas subrayó que el cannabis es la sustancia ilegal más consumida en España, que también es el país donde se producen más confiscaciones al año, ya que se incautan entre 500 y 700 toneladas anuales, pero ello apenas supone un 30 por ciento, aseguró el antropólogo Juan Gamela, quien subrayó que los atentados del 11 de marzo fueron financiados con dinero procedente de este tráfico.

Comas dijo también que en las demandas asistenciales por drogas el cannabis ocupa, con un 52 por ciento del total, el primer lugar tras el incremento de los últimos años, ya que hace un quinquenio el porcentaje era del 20,6.

El incremento del consumo y el descenso de la percepción de riesgo están relacionadas, puesto que la sensación de peligro entre los jóvenes entre 14 y 18 años ha bajado un 20 por ciento en cuanto a su uso experimental y un 10 por ciento respecto a su uso habitual.

Ambos expertos apostaron por «desmotar» mitos como que el cannabis no perjudica, mejora la creatividad, relaja o produce risas, ya que al margen de posibles efectos a corto plazo, el cannabis conlleva riesgos que el consumidor debe conocer. La manera de afrontar el problema es un debate consideraron los expertos, ya que la legalización, por ejemplo, conlleva incremento de consumo, como en Holanda.

Sin embargo, el especialista consideró paradójico que la cantidad para consumo en ese país sea de 30 gramos y sin embargo en España alcance 50 gramos. Gamela puso en entredicho la normativa y formas de proceder en España, ya que mientras se cuelan toneladas y toneladas de hachís procedentes de Marruecos, los agentes policiales detiene a personas que tienen en sus casas algunas plantas.