El 5,3 por ciento de los conductores que murieron en accidentes de tráfico el año pasado habían consumido cocaína, según se desprende del estudio que realiza cada año el Ministerio del Interior en colaboración con el Instituto Nacional de Toxicología sobre una muestra de 2.000 personas fallecidas en siniestros de circulación (incluidos conductores y peatones).

Del estudio se desprende que la cocaína es la droga ilegal más detectada en los restos de los conductores fallecidos ya que, según las analíticas elaboradas por el Instituto Nacional de Toxicología, esta droga apareció en el 5,3 % de los casos, seguida del cannabis (3,9 %) y otros opiáceos que se presenciaron en un 1,3%.

En comparación con 2001, el número de conductores fallecidos que había consumido cocaína junto con cannabis se ha incrementado en más de un punto; en el caso del cannabis se ha registrado un descenso de medio punto; mientras que los opiáceos, los ansiolíticos (2,8%) y los antidepresivos (0,3%) se mantienen estables.

EL ALCOHOL A LA CABEZA

Si bien, el alcohol sigue siendo la sustancia que más muertes provoca en la carretera. Así, el estudio revela que cerca del 40 % de los conductores que perdieron la vida en siniestros superaban la tasa de alcoholemia autorizada, aunque este dato refleja un descenso de cuatro puntos con respecto a 2001

Asimismo, el 39,3 % de los peatones que fallecieron atropellados presentaron una tasa de alcoholemia positiva, un punto más teniendo en cuenta el anterior estudio.

El delegado del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, Gonzalo Robles, ha insistido en la gravedad de los datos a pesar de que haya descendido el número de conductores fallecidos tras haber consumido algún tipo de bebida alcohólica.

En su opinión, «esta cifra es muy preocupante teniendo en cuenta que un porcentaje muy alto de los accidentes se produce en jóvenes, durante los fines de semana».

De hecho, el estudio pone de manifiesto que 670 personas entre 21 y 30 años fallecieron en 2002 en siniestro de circulación con alcoholemia positiva, si bien esta cifra se eleva de manera importante en el tramo de los 30 y los 35 años.