Nuestro cerebro funciona a base de conexiones neuronales que ayudan a recordar hechos o emocionarnos de una determinada manera ante situaciones varias. Esto ocurre así salvo cuando aparecen enfermedades como el Alzheimer –donde se pierde el recuerdo–, o incluso entre personas «enganchadas» a algunas drogas. Y parece que, según los resultados de un reciente estudio, esto último podría deberse a que tanto la cocaína como las anfetaminas frenan la actividad y unión de las células cerebrales.

Y es que, mientras algunos investigadores apuntan a que algunos adictos a la droga tienen problemas de comportamiento, otros mantienen que todavía no hay una evidencia firme de esa relación.

Para estudiar los efectos de determinadas sustancias sobre el cerebro, investigadores de la Universidad de Lethbridge (en Canadá) llevaron a cabo un trabajo con ratas. Se examinó cuidadosamente las conexiones cerebrales de una zona, el núcleo accumbens –un área del cerebro relacionada con el comportamiento– y del neocortex –implicado, por su parte, en la memoria-.

Por este motivo, se evaluaron los cambios que se producían en esas zonas del cerebro de los roedores cuando eran introducidos en un ambiente «excitante» y novedoso para ellos: jaulas con rampas, cilindros y túneles. A algunas de las ratas se les había administrado durante unos meses antes y de forma repetida cocaína y anfetaminas.

Los investigadores observaron que aquellos animales a los que no se les había drogado mostraban la respuesta esperada ante su «excitante» nuevo hogar, es decir, presentaron signos de un aumento de las conexiones entre las neuronas de esas zonas cerebrales. Sin embargo, las ratas a las que se les habían administrado las drogas no mostraron esas señales.

«Quizá lo más importante es que el actual estudio exalta las consecuencias relativas al consumo de drogas tanto en el funcionamiento psicológico como en el comportamiento», explican los autores de la investigación publicada en la revista «Proceedings of the National Academy of Science».

En condiciones normales, la experiencia nos proporciona algunas ventajas tanto en el terreno cognitivo como en el conductual, sin embargo esta prebenda se reduce si ha habido una exposición a las drogas psico-estimulantes. «Hay evidencia acumulada de que los adictos a las anfetaminas y a la cocaína tienen numerosos déficits neuropsicológicos», concluyen los autores.