Si bien fumar durante el embarazo aumenta el riesgo de asma futuro de todos los bebés, los niños con una determinada variación genética serían especialmente vulnerables ante esta situación, según ha señalado un estudio de la Michigan State University (Estados Unidos).

Los investigadores observaron en niños, controlados desde el nacimiento hasta los 10 años, que aquellos con cierta variación de un gen llamado IL-1RN eran particularmente susceptibles a los efectos del tabaquismo materno durante el embarazo.

Comparados con otros niños con madres fumadoras, los que presentaban esa variación genética eran cuatro veces más propensos a desarrollar asma a los 10 años de edad.

El IL-1RN es el gen de la proteína llamada antagonista del receptor de interleucina-1, que tiene un poderoso efecto antiinflamatorio. En teoría, una alteración en ese gen reduciría la efectividad de la proteína del IL-1RN, lo que favorecería la inflamación crónica de las vías respiratorias, característica del asma.

El estudio, publicado en “European Respiratory Journal”, analizó si ciertas variaciones en el gen IL-1RN harían a los chicos más vulnerables a los efectos del hábito materno.

La investigación incluyó a 921 niños del Reino Unido evaluados a distintas edades (1, 2, 4 y 10 años), a los que se les tomaron muestras de sangre para conocer la variación del IL-1RN.

Los autores reunieron además información sobre los antecedentes familiares de alergias, asma, tabaquismo materno y otras enfermedades de cada niño.

El estudio halló, entre los chicos cuyas madres habían fumado durante el embarazo, que aquellos con la variación menos frecuente del IL-1RN, presente en el 6% de todos los niños, eran cuatro veces más propensos a desarrollar asma que los que tenían otra variación del gen.

No obstante, la variación genética por sí sola no estuvo relacionada con un mayor riesgo de asma; sólo marcaba la diferencia si la madre había fumado.

Por lo tanto, independientemente de la influencia que puedan tener los genes, proteger a los niños del humo del tabaco puede reducir el riesgo de asma, afirmaron los autores.