Moya, quien inauguró hoy en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) el curso «Drogodependencias: avances en la investigación en neurociencias», señaló que con esta nueva política el Gobierno pretende poner el «énfasis» en la prevención, la asistencia, la reducción del daño y la reinserción de los drogodependientes.

Añadió que otra de las líneas de trabajo que pretende abrir su departamento, que dependía antes del Ministerio del Interior, es la investigación sobre los efectos de las drogas, que se desarrollará en colaboración con el Instituto de Salud Carlos III, y que permitirá mejorar, entre otros asuntos, el conocimiento del perfil del usuario y el uso de las drogas.

Dentro de esta línea de trabajo, la Delegación potenciará también el Observatorio Nacional sobre Drogas, con la revisión de su sistema de información para ahondar en la calidad, y diseñará nuevos indicadores, entre los que Moya apuntó a la mortalidad por drogas, las estimaciones de prevalencia de los consumos y las enfermedades crónicas que producen el uso de estupefacientes.

Durante su intervención en el curso, la delegada del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas anunció que después del verano se iniciarán diversos trabajos con la Dirección General de Instituciones Penitenciarias para dar continuidad a los programas de tratamiento que se llevan a cabo con los internos drogodependientes una vez que estos son puestos en libertad.

Moya añadió posteriormente, en conferencia de prensa, que este programa para continuar atendiendo a estas personas después de que han salido de la cárcel permitirá su mejor inserción en la sociedad.

La responsable del Plan Nacional sobre Drogas reconoció que todas estas medidas necesitarán de un aumento de la financiación que tiene su departamento, que para el próximo año podría contar con un 6,5 por ciento más de presupuesto, estimó.

Destacó también la intención de su departamento de abrir un debate con las comunidades autónomas, las entidades locales y las organizaciones no gubernamentales que trabajan en materia de drogodependencias para establecer una línea estratégica de actuación, de cara a «sistematizar» las actuaciones en este campo y que se convierta en la «propuesta metodológica» sobre la que trabajar.

En este sentido, resaltó las actuaciones que ya han puesto en marcha las comunidades autónomas y las entidades locales para la reinserción de las personas con problemas de drogodependencias y, por ello, aseguró que su departamento continuará con las estrategias incluidas en el programa 2004-2008, así como trabajará con las conclusiones que emita la Comisión Congreso-Senado sobre el problema de drogas.

Moya insistió también en el «carácter trasnacional» de las drogodependencias y, en este sentido, consideró «imprescindible» que continúe el diálogo y el debate entre países para la lucha «contra este problema».

Recordó que España participa en todos los debates abiertos a nivel internacional sobre el problema de las drogas y colabora con el resto de países, sobre todo con Iberoamérica, en las distintas iniciativas que se llevan a cabo en esta materia.

Respecto a la reinserción de las personas con problemas de drogodependencias, Moya apuntó a la importancia de mejorar las condiciones de vida de éstas y permitir que sean autosuficientes «económicamente», aunque reconoció que este proceso no es «homogéneo ni en tiempo ni en territorio».

En cuanto a la situación actual de las drogodependencias en España, recordó que su departamento presentará en septiembre los resultados de la encuesta que lleva a cabo anualmente, aunque apuntó a un descenso de la heroína, frente a un mantenimiento del consumo de cocaína y cannabis.

Moya se refirió también a la aparición en la actualidad de la denominada «heroína afgana» y señaló que no se ha detectado aún en España la incorporación de esta sustancia.

Afirmó que la Unión Europea ya ha puesto en marcha actuaciones conjuntas entre países comunitarios para evitar la entrada de esta sustancia, porque hay que «actuar antes de que se incorpore a los mercados», dijo.