La Dirección General de Tráfico una vez más intenta concienciar a los conductores de los grandes riesgos que tiene conducir bajo los efectos de los estupefacientes. Estos provocan un alto porcentaje de los accidentes de tráfico mortales. Específicamente en España, según dato extraídos del Instituto Nacional de Toxicología, el 47,32% de los fallecidos al volante durante el año 2012, fue por el consumo de narcóticos, alucinógenos, somníferos…

Para controlar y precaver estas situaciones, la DGT ya ha puesto en marcha más de 20.000 controles diarios. La misma Dirección General de Tráfico afirma que el riesgo de provocar un accidente es 9 veces mayor si se ha consumido alcohol por ejemplo.

Es importante saber que negarse a realizar la prueba de alcoholemia está estandarizado como una infracción muy grave. Aquellos conductores que den positivo en la mismas pruebas perderán su permiso de conducir y puntos del carné. Además, el Código Penal castiga con prisión de 3 a 6 meses -o en su defecto, a trabajos en beneficio de la comunidad de 30 a 90 días- si se conduce por con una tasa del alcohol superior a los 0.60 miligramos por litro en aire, o si es bajo los efectos de drogas tóxicas, estupefacientes o sustancias psicotrópicas.

La siniestralidad vial es un problema prioritario de salud pública en todo el mundo. Determinadas circunstancias aumentan la probabilidad de que ocurra un accidente o de que éste sea más grave. El factor de riesgo humano representa un 70% frente al 26% de la vía y su entorno y al 4% del vehículo.

Por otro lado, el mismo consumo de alguna droga «menor» en el auto, provoca una distracción. Por ejemplo al buscar y encender un cigarro, se inutiliza una mano, genera problemas de visión debido al humo y el exceso de monóxido de carbono altera las capacidades del conductor, disminuyendo así el nivel de atención al volante.