El placer de fumar dura hasta que el fumador se empieza a sentir mal, se enferma seriamente o muere. Ese malestar físico puede aparecer cuando la persona ya está irremediablemente afectada. Es el caso de la bronquitis crónica, patología que ataca con preferencia a fumadores y que produce daños irreversibles en el sistema respiratorio del individuo.

Sumado al hecho de que la enfermedad no tiene cura, este mal se caracteriza por hacer del afectado una persona vulnerable a las infecciones por lo que tienen que vivir ingiriendo antibióticos para acabar con las bacterias que oportunamente se instalaron en los bronquios debilitados.

«La bronquitis crónica es un problema de salud pública en el mundo, con unos países más afectados que otros, de acuerdo con la cantidad de población fumadora que exista en cada nación», explica el neumonólogo español Marc Miravitlles, investigador del Hospital Clínico Provincial de Barcelona y coautor de las Normas españolas para el manejo del paciente con enfermedad bronco-obstructiva crónica (EPOC) y normativas de la Asociación Latinoamericana del Tórax (ALAT).

Miravitlles estuvo de visita en Venezuela para informar acerca de los últimos avances en el tratamiento de las infecciones que atacan a los afectados por la bronquitis crónica.

«Hemos visto que existe mucha resistencia a los antibióticos tradicionales, situación que no observamos en la terapia con fluoroquinolonas», informa el especialista, quien señala que estos medicamentos presentan la ventaja de que sólo hace falta tomarlos una vez al día, durante cinco días, con resultados efectivos.

«Estos antibióticos _reitera el especialista_ no curarán al paciente», pero lo aliviarán de su dolencia pasajera «y con esto se hace lo posible por evitar el empeoramiento».

Aunque las fluoroquinolonas son más costosas que los antibióticos convencionales, Miravitlles señala que es una inversión por la salud, es asunto de «farmacoeconomía». Esto se explica, según el especialista, al ver la relación: «El costo del fracaso en este tipo de tratamiento es de $140 por paciente», dice, y recuerda que con esta terapia se garantizan menos recaídas y su ingesta es menor, por lo que se reducen las posibilidades de desembolsos por hospitalizaciones o compras exageradas de otras drogas que seguramente no serán tan efectivas.

Buenos hábitos

Pero el tratamiento contra las infecciones no tendrá un efecto duradero mientras el paciente continúe fumando: «La primera recomendación para el afectado es que abandone el cigarro», dice Miravitlles.

Después de adoptar esta primera medida para evitar las recaídas y las infecciones, los afectados deben prevenir el sobrepeso y el sedentarismo pues son dos elementos que acompañan con frecuencia a este tipo de pacientes.

«Se produce un círculo vicioso pues cuando la persona empieza a sentir cansancio al caminar por causa de la enfermedad, cae en el sedentarismo y en consecuencia empieza a ganar peso», explica.

Quienes reciben un diagnóstico de bronquitis crónica deben pensar inmediatamente en cambiar sus hábitos de vida pues el pronóstico de evolución de la enfermedad varía de acuerdo con la disciplina que se imponga el afectado. El parámetro utilizado por los médicos para saber cuán grave es la situación del paciente es el primer ingreso a un centro hospitalario por causa de exacerbaciones agudas propias de episodios infecciosos.

«Después del primer ingreso hospitalario la mitad de los casos tiene un pronóstico de vida aproximado de cinco años; la otra mitad puede vivir un poco más», dice el neumonólogo.