La Sociedad Española de Farmacia Comunitaria (SEFAC) ve a los profesionales de este sector necesarios para mejorar la prevención del tabaquismo, la hipertensión arterial y el riesgo vascular.

Es una de las conclusiones de la jornada que la SEFAC ha celebrado en Palma bajo el lema «Implantación y desarrollo de nuevos servicios en farmacia comunitaria», en la que se han dado cita más de ochenta profesionales.

Los asistentes han actualizado conocimientos para la prevención del tabaquismo mediante el proyecto CESAR y han llevado a cabo varios talleres para la implantación de servicios en prevención de la hipertensión arterial y determinación del riesgo vascular.

El programa CESAR pretende capacitar a farmacéuticos comunitarios de toda España para que puedan implantar servicios para dejar de fumar.

El objetivo del taller del programa CESAR ha sido que los farmacéuticos participantes se conviertan en especialistas abordando todos los aspectos posibles en esta materia, desde el apartado puramente científico hasta la implantación y gestión del servicio pasando por la comunicación con el paciente y el circuito de derivación al médico y posterior seguimiento.

Entre las conclusiones de la jornada destacan la necesidad de un protocolo para las intervenciones farmacéuticas y la coordinación con los médicos para mejorar la atención integral de los pacientes.

Otro de los ámbitos en el que los asistentes a la jornada han profundizado ha sido el de la prevención y el abordaje de la hipertensión arterial y el riesgo vascular desde la farmacia comunitaria.

Para ello se han impartido dos talleres, uno dedicado a la implantación de un servicio en la farmacia comunitaria y otro para calcular el riesgo vascular.

En un comunicado, el presidente de la SEFAC en Baleares, Francesc Moarta, señala que «la jornada ha servido para mostrar la importancia de protocolizar las intervenciones en los distintos servicios que se pueden implantar en la farmacia comunitaria».

Añade que también es necesario «un aval científico que garantice que el farmacéutico que realiza esas intervenciones está capacitado para llevarlas a cabo».

Otras conclusiones de la jornada es que los servicios ofrecidos en la farmacia comunitaria suponen una inversión, tiempo y especialización del farmacéutico que «la Administración debería plantearse favorecer y compensar económicamente» y que «el sistema nacional de salud está desaprovechando las capacidades» de estos profesionales.