Los adolescentes se inician cada vez en edades más tempranas en el consumo de drogas, principalmente cocaína y hachís, aunque las jóvenes acuden a centros a pedir ayuda unos dos años antes que los chicos, que lo hacen a una media de edad de 19 años y medio, según un informe de la ONG Proyecto Hombre.

El estudio, elaborado a partir de 530 personas que han solicitado ayuda a esta organización, que trabaja para el tratamiento y la prevención de las drogodependencias, destaca también que en el grupo de jóvenes entre 13 y 23 años que piden ayuda las chicas ya representan ya un 30,4% del total, una cifra algo superior al año anterior (28,8%).

En el caso de los adultos mayores de 23 años, el porcentaje de mujeres desciende hasta el 13,20%, lo que demuestra que la edad de inicio de consumo de drogas es cada vez más temprana.

Ente este escenario, Oriol Esculies, responsable de Evaluación del Proyecto Hombre, ha explicado hoy, durante la presentación del informe, que la principal diferencia entre chicos y chicas es que, habiéndose iniciado en el consumo de drogas en edades similares -entre 14 y 15 años-, ellas acuden en demanda de ayuda a los 17 años y medio, cuando ellos lo hacen a los 19 años y medio.

Este hecho, según Esculies, «no se puede explicar porque las jóvenes consuman antes», sino porque éstas «presentan más factores de protección externos y personales».

Así, los padres tienen una mayor capacidad de incidir en la conducta de las hijas que de los hijos, mientras que en el caso de las chicas existe una menor presión por parte del grupo de amigos a la hora de consumir droga. Además, ha destacado Esculies, «las chicas toman conciencia antes que los chicos de que están abusando del consumo de drogas y que vale la pena parar a tiempo».

El grado de consumo de drogas entre adolescentes de ambos sexos, pues, es similar en hombres y mujeres, pero como el recorrido de tiempo es menor en el caso de las chicas, las posibilidades de intervenir con éxito son superiores, según ha subrayado el responsable del Proyecto Hombre, quien ha estado acompañado por Albert Sabatés, presidente de Proyecto Hombre en el ámbito estatal.

Oriol Esculies también ha señalado que en los últimos años se ha detectado que los jóvenes entre 13 y 23 años en tratamiento presentan al mismo tiempo problemas psicológicos y psiquiátricos graves (un 36%), un porcentaje muy superior al de los adultos, de un 18%.

Los problemas que presentan los hombres son sobre todo trastorno de la personalidad y esquizofrenia, mientras que en las mujeres destacan los trastornos por depresión y de la conducta alimentaria, como anorexia o bulimia.

Como en años anteriores, el cannabis y la cocaína continúan siendo las drogas más consumidas por chicas y chicos, seguidos de lejos por otras sustancias como el alcohol, la heroína o las drogas de síntesis, entre otras.

En algunos casos, sin embargo, los jóvenes consumen dos o más de estas drogas, como Lili, de 16 años, que se inició en el consumo de hachís, cocaína y alcohol cuando tenía tan sólo 12 años.

Lili, que hace un año que recibe tratamiento en Proyecto Hombre, asegura que «en la vida hay que saber poner límites a las cosas, aunque con las drogas este límite no existe».

Junto a Lili, Eloy, de 21 años y también en tratamiento por consumo de cannabis, explica que se planteó dejar las drogas cuando se percató de que «corría peligros por la calle» y veía a sus padres «destrozados».

«No era yo, era lo que me hacían hacer los porros», afirma Eloy, que tras siete meses de tratamiento anima a los demás jóvenes a que no se inicien en este mundo porque «se puede ser libre y pasarlo bien sin drogas».