Sobre una pista de baile ficticia se mantienen inmóviles seis maniquíes de cristal. Cada uno esconde bajo su pies el nombre de una droga diferente y a través de su piel transparente revela una alteración física distinta, que va desde un hígado oscurecido en el caso del muñeco que ha bebido alcohol hasta un corazón púrpura a punto de reventar en un cuerpo consumido por el éxtasis.

El objetivo de la sala es sensibilizar a los más jóvenes acercándose a un código de comunicación más cercano a las generaciones que han crecido viendo la televisión y jugando a la consola: el de las nuevas tecnologías. La instalación forma parte de ‘Hablemos de Drogas’, una exposición interactiva y ubicada en pleno Paseo del Salón por la Fundación Obra Social La Caixa, que podrá verse hasta el próximo 8 de diciembre.

La iniciativa fue presentada ayer en rueda de prensa por el delegado general de la entidad en Granada y Jaén, Victorino Lluch Martín; el comisario de la exposición, Rafael Maldonado López; la subdirectora del área de Integración Social, Joana Prats, y el alcalde de Granada, José Torres Hurtado. desvelan una adicción que ha alterado su vida, o una tela de araña tejida bajo los efectos del cannabis son algunas curiosidades de la muestra.

“Con esta exposición queremos informar y definir qué son las drogas y cómo afectan, tanto a corto como a largo plazo”, explica Joana Prats, subdirectora del área de Integración Social, que reconoce que cada vez el inicio de consumo es más temprano, mientras disminuye la percepción de los riesgos sanita- Más de siete salas con materiales audiovisuales, un simulador de automóviles, un vídeo escenificado en el metro de Barcelona en el que varios personajes rios de las drogas.

“Los jóvenes lo viven de una forma normal, como si no pasara nada”, explica Prats. Teléfonos y guías. La carpa forma parte del programa de prevención de consumo de drogas que además ha lanzado otras tres iniciativas: una guía de sensibilización, en un lenguaje sencillo y adaptado para todos, un teléfono gratuito de información para los padres, un kit educativo para profesores, que complementa la labor que ya están ejerciendo los educadores y una campaña específica para los centros de atención primaria.

Para esta última acción, los médicos de familia han recibido una carta del programa. El objetivo del proyecto es doble: por un lado, incidir en el problema del consumo de droga entre los más jóvenes y, por otro lado, fomentar el papel de la familia en la prevención.