Las mujeres que fuman de forma habitual alcanzan una media de dos años antes la menopausia, debido a que el tabaco aumenta el metabolismo de la hormona de los estrógenos, implicada en el ciclo menstrual, según ha informado la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR).

La doctora María Teresa González, del Hospital Infanta Cristina de Badajoz y miembro del área de tabaquismo de SEPAR, señala que «este hecho, unido a la mayor longevidad de los españoles, conduce a que la mujer se vea abocada a vivir más años de su vida en período de menopausia». Además, en el organismo de una mujer fumadora se agudizan los síntomas de la menopausia como sofocos, osteoporosis, alteraciones cardiovasculares o sequedad de la piel.

Existen varias hipótesis sobre el mecanismo que produce estas alteraciones. Una de ellas dice que el tabaco destruye los ovocitos (óvulos no maduros), lo que provoca cambios hormonales y el adelanto de la menopausia. Otra de las hipótesis señala que el tabaco produce alteraciones en los niveles de estrógenos, como si hiciera que las proteínas del organismo secuestran las hormonas, y de esta forma no quedaran disponibles para sus funciones normales.

En relación a la osteoporosis, la doctora González señala que «el tabaco se reconoce como un factor de riesgo en las fracturas vertebrales del antebrazo y la cadera», por lo que la salud de la mujer requiere que «se abandone absolutamente el tabaco en cuanto antes note los síntomas que anuncian la llegada de la menopausia».