Los restauradores catalanes están orquestando un frente común a fin de que la Generalitat se lo piense de nuevo y no prohiba el año que viene fumar en todos los tipos de terrazas. De este modo los diferentes gremios de restauración de las comarcas de Barcelona, Girona, Tarragona y Lleida se están uniendo para denunciar que los planes del Govern podrían suponer unas consecuencias catastróficas para el sector, una consecuencias catastróficas que encima apenas tendrían repercusión en la salud pública y que podrían conducir a situaciones un tanto absurdas.

Al otro lado de las barras argumentan que la gente podría eludir este veto simplemente situándose apenas un paso más allá del parasol. La oposición de los restauradores catalanes también cuenta con el apoyo de numerosas asociaciones de comerciantes y de pequeños empresarios y patronales, como son el Gremi d’Estanquers de Barcelona, la Fundació Barcelona Comerç, Barcelona Oberta y las secciones de comercio y turismo de Pimec. La verdad es que llueve sobre mojado. La restauración lleva semanas denunciando que el presente verano no está cumpliendo las expectativas. Cualquier cambio normativo da pie a una gran incertidumbre.

La Agència de Salut Pública anunció a finales de julio que se disponía a elaborar un paquete de medidas destinado a frenar el tabaquismo, a aumentar aún más las restricciones sobre una insalubre costumbre que no termina de remitir de un modo contundente. Entre las medidas que la Generalitat se disponía entonces a ponderar figura la prohibición de fumar en todos los tipos de veladores.

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