La próxima edición del Manual de Diagnóstico y Estadística de las Enfermedades Mentales de EEUU incluirá la compra compulsiva en su listado de trastornos psiquiátricos. La adicción a comprar está aumentando en número tanto en Europa como al otro lado del Atlántico. Los estudios sitúan la cifra nacional de compradores patológicos en alrededor de un 3%, aunque hasta un 33% practica esta actividad de forma irreflexiva.

En EEUU, este hábito castiga ya los bolsillos de un 6% de las mujeres y un 5,5% de los varones. Es decir, al contrario de lo que se cree la patología es tan frecuente en ellos como en ellas. Además, la urgencia por gastar se asocia a niveles elevados de depresión y ansiedad y a la presencia de otros trastornos del control de los impulsos, como el abuso de sustancias tóxicas o las alteraciones alimentarias. Estos son algunos de los motivos de su inclusión en el próximo catálogo de enfermedades mentales.

Para ellos y ellas las rebajas duran todo el año o, al menos, eso es lo que parece. Los afectados por la adicción a las compras están aumentando en número en Europa y EEUU, como también crece el riesgo de que este trastorno se acentúe este mes, durante las ofertas comerciales.

Para todos los que sufren este trastorno, ir de compras se convierte en una necesidad vital, irrefrenable en la que se dejan todo su tiempo y dinero. A cambio pierden: su economía, sus relaciones personales y familiares y, sobre todo, su autoestima.

En España, un informe reciente elaborado por la Unión de Consumidores de España (UCE) señalaba que una de cada tres personas compra más de lo que necesita, mientras que otro trabajo elaborado por el Gobierno de Castilla La Mancha establece que en un 3% de la población las compras son patológicas y que hasta un 33% abusa de ellas de forma irreflexiva.

Al otro lado del Atlántico, un grupo de investigadores estadounidenses, liderado por Lorrin Koran, de la Universidad de Stanford, ha realizado un trabajo en el que se ha podido establecer la incidencia y las características de este trastorno de los impulsos.

«Nuestras primeras evidencias sugieren que los afectados por el comportamiento compulsivo de adicción a las compras suelen tener, además, niveles elevados de depresión y ansiedad cuando se les compara con los que no siente esta urgencia por gastar», resalta el estudio.

Este es uno de los motivos que ha empujado a los especialistas de ambos lados del Atlántico a criticar que este trastorno, similar a la ludopatía (adicción al juego), como a todos los relacionados con el control de los impulsos, no esté reconocido aún como enfermedad psiquiátrica.

Sin embargo, la presión de psiquiatras y psicólogos y la evidencia de que la enfermedad es real y sus mecanismos son similares a los de otras ya conocidas, ha servido para que, finalmente, se incluya como patología en la próxima edición del Manual de Diagnóstico y Estadística de las Enfermedades Mentales, tal y como ha reflejado un artículo de ‘The New York Times’.

SIN CONTROL

Tanto el doctor Koran como su equipo reconocen en las conclusiones de su trabajo que la urgencia y necesidad por comprar de forma compulsiva también suele ir asociada a otras enfermedades como el abuso de sustancias tóxicas o los trastornos de la alimentación. Además, los afectados se comportan como las víctimas de otros trastornos que afectan al control de los impulsos, ya que ocultan su problema y mienten cuando afirman que sus infinitas adquisiciones son para regalar, cuando realmente se quedan con lo comprado.

Por todo ello, uno de los aspectos que han querido reflejar los autores del trabajo estadounidense en su artículo es el cuidado especial que deben depositar los especialistas a la hora de tratar este trastorno. «Además de que cada caso debe evaluarse de forma individual, muchos de ellos ignoran durante la terapia otros aspectos que rodean al paciente y que son imprescindibles para su recuperación como es el caso del entorno familiar».

En cuanto a la incidencia de esta enfermedad, los investigadores de EEUU, cuyos datos han sido publicados recientemente en el ‘American Journal of Psychiatric,’ destacan que, también, en su entorno hay un crecimiento del número de casos. Tras realizar entrevistas telefónicas en todos los estados a 2.513 hombres y mujeres de 18 años o más pudieron comprobar que la patología es tan frecuente en el sexo femenino como en el masculino. Un 6% de las mujeres y un 5, 5% de los varones se ‘funde’ la tarjeta en los comercios. De hecho, la mayoría de los entrevistados suele pagar sus adquisiciones con dinero de plástico. La publicidad y el hecho de que las rebajas comiencen cada vez antes, tras pasar justo las Navidades, están agravando el problema. Defienden, también, la necesidad de educar a la población en los riesgos del consumo excesivo, un comportamiento favorecido, según los especialistas, por el tipo de sociedad que se está construyendo.

Una web que enseña a frenar la urgencia por «fundir» la tarjeta

Tras 12 años investigando la adicción a las compras compulsivas, Lane Benson, psicóloga de Nueva York (EEUU), ha fundado una de las escasas páginas webs dedicadas a la adicción a las compras (‘www.stoppingovershopping.com’). En su programa se incluye un libro que ayuda a los afectados a identificar y explorar las causas que les empujan a comprar compulsivamente y, consecuentemente, les ofrece distintas herramientas para detener su adicción. Se explican además las consecuencias económicas, personales y familiares que tiene este trastorno. También incluye un diario donde el paciente refleja el comportamiento y un CD que ofrece imágenes antiestrés, además de una guía para de meditación. Asimismo, existe la oportunidad de rellenar un test con varias preguntas que ayudan a determinar si existe o no un problema de adicción y cuál es su nivel.